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BU E N A VEN TU R A DE SA N T A M A R IA 351 gos de gran envergadura como son Barth, Cullmann, Bultmann, As- musen, etc... —Perdone, Sr. Floristán, vamos a precisar todavía un poco más. ¿Cuáles son las líneas directrices sobre las cuales se orienta hoy toda esta renovación teológica, moral, espiritual, pastoral...? ¿Cuáles son las ideas base? —Quizá a alguno le extrañe, pero la directriz que marca esta orien­ tación teológica actual es la fundamentación directa del pensamien­ to en la palabra de Dios. Nos hallamos apartados de esta fuente. Hoy los teólogos se hacen exégetas y los exégetas se hacen teólogos. Tam­ bién se ha estudiado teológicamente mejor el sentido de la salud de Dios ofrecida a los hombres en la Historia. Como consecuencia, ha venido también el darle a la moral y a la historia de la Iglesia más sentido bíblico. La teología, tal como se está renovando hoy, va dan­ do cada vez más cabida a la teología bíblica e histórica. La teología pastoral se fundamenta en todas estas corrientes... En fin, yo, siem­ pre perdido entre librotes de ideas densas, quizás me estoy excedien­ do en conceptos abstractos. —Creo que esta entrevista tendrá muchos lectores interesados. No obstante, vamos a fijarnos un poquito en España, a fin de que la conversación resulte interesante para la mayoría. ¿Qué nombres es­ pañoles van a la cabeza de esta renovación? —Resulta delicado y comprometido el señalar nombres concretos. Un pequeño grupo reside en Roma, y por una parte y otra parece que apuntan en España futuros jefes de escuela. Nos falta, sin duda, mucho sentido histórico, quizás por carencia de disciplina constan­ te. Gracias a Dios, parece que llegaremos a tener buenos comenta­ dores de libros sagrados. No en vano han sembrado los Padres Bover y Colunga. Nuestro peligro está en la especulación teológica sin con­ tenido, en la falta de seriedad objetiva, en la facilidad para pronun­ ciar o escribir palabras, en una rutina cómoda y poco valiente. Ade­ más, se gasta muy poco en bibliotecas y apenas nuestros centros po­ seen buenas colecciones de revistas y material de trabajo. —Bueno, esto es algo así como una andanada de acusaciones con­ tra nuestro campo cultural eclesiástico... Pero, sepamos encajar el golpe para que resulte provechoso. Y, dígame, ¿en qué aspecto urge más una renovación de la pastoral? —En su cara teológica. El método debe proceder del contenido, y no al revés. Necesitamos menos retórica y más palabra de Dios en la predicación; menos filosofía y más Historia Sagrada en la cate-

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