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3 5 0 CUATRO E N T R E V IS T A S , CUATRO —Me parece interesante el tema. Pero, hay algo que me extraña. ¿Por qué eligió Alemania para estudiar pastoral? Parecería natural que, de salir fuera, estudiara en Roma. Y otra cosa, ¿por qué centró sus tesis sobre las relaciones y divergencias que puede haber entre la pastoral alemana y la francesa? Estamos nosotros muy necesitados de estudiar el campo español.en orden al apostolado... —Comprendo sus preguntas. Mi intención ha sido aportar a la in­ quietud apostólica, que ciertamente existe en España, las últimas ideas renovadoras de la pastoral. Y creo que las principales corrien­ tes renovadoras de la teología parten hoy de los países de habla alemana y francesa. El centro de gravedad se mueve, a mi modesto entender, en la zona que Ortega y Gasset llamó «el cuadrilátero de la ciencia», cuyos vértices son Londres, Berlín, Viena y París. Esto no quiere decir que al sur de Europa no se den corrientes teológicas im­ portantes. Pero, hoy por hoy, al menos por lo que a España se refiere, somos importadores. —Vamos a ver si algún día recuperamos la iniciativa que en épo­ cas tuvimos en el mundo de las ideas católicas. ¿Puede indicarme cuáles son los hombres de esos países más significativos en orden a la renovación de las ideas teológicas y pastorales? —Es difícil concretar. Más bien son corrientes de ideas... Con todo, señalaré algunos: En Alemania, quizá el más significativo, sea, en dogmática, Karl Rahner; en exégesis, el protestante convertido al catolicismo Schlier; en teología espiritual, Von Balthasar; Arnold y Jungmann en teología pastoral. En Francia, son notables los dominicos Congar, Chenu, y Liégé; los jesuítas Daniélou y De Lubac, etc. Bueno, ya he advertido que es difícil, tanto en Francia como en Alemania, reducir todos sus pen­ sadores a unos pocos nombres. —Me doy cuenta de su dificultad. Existe en esas dos naciones una plétora de inquietudes espirituales. ¿Quiere decirnos algo sobre los li­ bros que están «marcando» la situación teológica actual? —Otra dificultad. Respondo conforme a mi parecer. Pienso que el libro que «marca» hoy más el pensamiento teológico actual quizás lo constituyen los tres volúmenes de Karl Ranher «Schriften zur Theo- logie». También son extraordinariamente importantes, sobre todo pa­ ra la pastoral, los libros homenaje a Jungman, Arnold y, reciente­ mente, a Otto Karrer, en forma de serena controversia con los pro­ testantes. Entre paréntesis, los protestantes alemanes tienen teólo

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