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290 CR ISTIAN ISM O Y CULTURAS HUMANAS dad suprema. Se sigue de ello que siendo el C ris tia n ism o el m e jo r in strum en to de ace rcam ien to a D ios, es igua lm en te el m e jo r medio de elevación de c u ltu ra hum ana . E n la im po sib ilid ad de poder re fe rirn o s a m u ltitu d de casos s in gu la re s en los que tan b rillan tem e n te se m a n ifie sta este poder de e levación y complemento, queremos ta n sólo m e n ta r el que re co rd a ba P ío X I I a la Unión Mundial de las Organizaciones Fem en inas Mundiales. Lo hacemos con las m ism as p a la b ra s del P o n tífic e : «Ni A tenas n i Rom a, faro s de c iv iliz a c ió n , que in c lu so d e rra m a ron ta n ta luz sobre los v ín cu lo s fam ilia re s , log ra ron , n i con las a lta s especu laciones de la filo so fía , n i con la s a b id u ría de la s leyes, e levar la m u je r a la a ltu ra que a su n a tu ra le z a co rre s ponde. E n cambio, el C ristian ism o , el p rim e ro y ún ico , aun no desconociendo aquellos m éritos externos e ín tim o s, h a de scub ie r to y cu ltivad o en la m u je r m isiones y o ficio s que son el v e rd a dero fundam en to de su d ign id ad y la razón de u n a más g en u i- n a exa ltación . De este modo nuevos tipos de m u je r s a lta n a la luz y se v igo rizan en la c iv iliz a c ió n c ris tia n a , como los de m á r t ir de la re lig ión , de san ta, de apóstol, de virg en , de au to ra de vastas renovaciones, de con so lado ra de todos los hum ano s s u frim ien to s, de sa lvado ra de alm as perd idas, de educadora...» (47). L a acción e levado ra de la m u je r es e x tra o rd in a ria , pero no ún ica . Recuérdese que u n a acción p a re cid a h a e je rcido sobre el esclavo, el n iño , co n tra el despotismo del m ando, sobre la m oderación en el ca s tigo, etc., etc... Nos rem itim o s a la s obras de los e sp ecia lista s (48). Se ría , con todo, falso que re r lim it a r esta a cción de la Ig le s ia a la c u ltu ra occiden tal. E sta m isión es u n iv e rsa l, ’’católica” , en cuan to al espacio y en cuan to al tiempo. L a Ig le s ia no sólo h a in co rpo rado el elemento sem ita de su o rigen , y la c iv iliz a c ió n g riega y rom ana , don de h a crecido y desarro llado . Su destino es más amplio. «La Ig le s ia fu tu ra , decimos con J. D an ié lou , es la que h a b rá atrave sado toda la h is to ria e in co rpo rado todas la s c iv iliz a c io n e s a fin de p resen tarse ante su Esposo, vestido de u n a tú n ic a m u ltico lo r p a ra la s bodas eternas» (49). 47. En Colee, de Enci...., p. 1347. 48. Precursor de estos magníficos estudios es nuestro J. Balmes, en su monu mental obra, El protestantismo... Un estudio resuntivo quiere ser la obra de E. Chenon, El papel social de la Iglesia. México, 1946. Como historiadores a quienes ha preocupado este aspecto de la vida de la Iglesia, citamos a G. Schüner y a D. R ops . 49. El misterio de la Iglesia. p. 61.
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