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2 4 8 EL HOMBRE Y LAS COSAS m ien to de que las cosas poseen u n ser fijo y estable y de que nue stra mente es capaz de ca p ta r el ser de las m ismas. E n te rm ino log ía e s co lá stica d iríam o s que el conocer presupone la creen cia en la verdad on tológica de las cosas o su in te lig ib ilid a d y la ve rdad lógica o la cap acid ad de la mente de a sim ila rse esa in te lig ib ilid a d . D en tro del «modo de pensar» que es el conocim iento, O rtega d is tingue dos m odalidades b ien ca ra cte rizad a s. L a an tig ua , que es a p o s- ieriori y carga la atención sobre la ve ra c id ad del concepto, y la mo d e rn a que p lan e a sobre la re a lid a d un p royecto y va deduciendo co n clusione s según el modo de p en sa r axiomático. No hemos de c o n fu n d ir el pensam ien to , n i su fo rm a ra c io n a l que es el conocim ien to , n i con las fun c io n e s p sico lóg icas según la s cuales operan nue stra s facu ltade s cognoscitivas, n i con los esquemas ló g i cos del pensar. N i tampoco se puede id e n tific a r el modo de p en sa r mágico, m ítico , etc., con el famoso «pensar prelógico» de L e v y -B ru h l que éste a trib u ía a los p rim itivo s. O rtega — y en esto está de acuerdo con los actua le s etnólogos— adm ite u n a co n tin u id ad en tre el p en sa r de los p rim itivo s y el nue stro y dice de ese p re sun to p en sa r prelóg'.co que es u n a cosa «que siempre debió de p a re ce r monstruosa». B a sten estas esquem áticas observaciones que no p e rsiguen o tra f i n a lid a d que e v ita r posibles equívocos y m alen tendidos. M étodo o camino en el filosofar Resumo lo an te rio rm en te d ich o : Hemos visto que v iv ir es e star yo en u n a c irc u n s ta n c ia y no tene r m ás remedio que h abé rm e la s con e lla y p a ra ello no me queda más remedio que a v e rig u a r lo que la c irc u n s ta n c ia es. M ie n tra s estamos en lo cierto sobre la s cosas, no h a y p rob lem a ; pero al cae r en la duda me veo obligado a s a lir de e lla o a in te n ta rlo al menos y p a ra ello u tilizo m is re cu rso s m e n ta les. Cuando al hombre, en un a de esas te n ta tiva s, se le ocu rre, como a los griegos, que la re a lid a d consiste en ser y que ese ser es in te lig i ble p a ra el hombre, com ienza el queha ce r que llam am o s filo so fía . Com ienza el conocer en sen tido estricto. Como antes de lle g a r a esa «form a de pensar» que es el conocim ien to e stricto , el hom bre h a te n ido y a o tras fo rm as de pen sar, o tras m an e ra s de in te rp re ta r la re a lid ad , se sigue que «la filo so fía no es en su a rran q u e ocupación d i re c ta con el mundo, sino con c ie rta s op in iones o «modos de pensar» que ace rca de él p ree xistían . P o r eso la filo so fía no es u n modo con s tan te en el hombre, no es u b icu a y ucrón ica» (53). 53. Véase sobre el tema. La idea de principio en Leibniz, pp. 321-325.
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