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BUENAVENTURA DE CARROCERA 1 5 9 También hizo su visita a los conventos de Aragón; eran éstos los de Zaragoza, Tarazona, Calatayud y Huesca. Por lo que hace al de Tarazona, construido a expensas del arcediano Miguel de Orti, no le pareció al Santo muy conforme a la pobreza; además, había le­ vantado en la igles'a un sepulcro suntuoso sobre el cual se erguía la efigie del arcediano. Nada dijo por entonces el General de la Orden, pero, al celebrarse luego el Capítulo Provincial, que fue pre­ sidido por el propio San Lorenzo, se tomó la siguiente determinación: «Que se deje el convento de Tarazona si el Arcediano no quisiese des;stir de la pretensión que tiene del entierro perpetuo, y si no quita la estatua de mármol que puso en la capilla mayor de la igle­ sia de dicho convento» (14). Decisión que sin duda se tomó por im­ posición de San Lorenzo quien reprendió severamente a los superiores que habían tenido la culpa de lo que allí se había realizado. Algo raro debió suceder también cuando fue visitado el convento de Calatayud. Sin embargo mientras unos historiadores refieren que el Santo realizó allí un milagro en beneficio de los religiosos, a causa de la incomodidad que experimentaban debida a la situación del con­ vento, construido sobre unas peñas, otros en cambio atribuyen lo que allí sucedió a una maldición suya por el quebrantamiento grande que de la santa pobreza se había hecho en la fábrica (15). Sea de ello lo que fuere, no debió quedar el P. General muy satisfecho, cuan­ do también sobre aquel convento se tomó en el susodicho Capítulo por él presidido y sin duda por inspiración o quizás mandato suyo, esta otra determinación: «Que la fábrica de Calatayud se suspenda hasta el Capitulo general y el huerto se deje y el legado que dejó Fr. Gervasio novicio para la dicha fábrica, se renuncie» (16). Ocho eran los conventos que se habían fundado ya en la en­ tonces Custodia o Comisariato de Valencia: el de la propia ciudad, Masamagrell, Albaida, Onteniente, Alicante, Ollería, Segorbe y Al- cira. No sabemos en concreto si todos ellos recibieron la visita del Superior de la Orden. El 29 de mayo se encontraba ya en el conven­ to de Valencia, cuyo titular era la Sangre de Cristo. Allí y en la mencionada fecha tuvo lugar un suceso que nos demuestra la ener­ gía e inflexibilidad de su carácter. Quisieron diese el Santo la pro­ fesión al P. Francisco de Sevilla, distinguido predicador, quien, siendo Religioso Mercedario, había obtenido permiso de su antecesor en el cargo, el P. Jerónimo de Castelferretti, para tomar nuestro hábito. (14) Libro de los Actos Capitulares, í. 12v. (15) C elestino de A ñorbe , O. F. M. Cap., Laantigua Provincia capuchina de Navarra y Cantabria (1570-1900) I, Pamplona, 1951, 27. (16) Libro de los Actos Capitulares, f.l2v.,

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