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BUENAVENTURA DE CARROCERA 1 3 7 de los consejeros y que, según el sentir de no pocos, hubieran sido una magnífica solución para tener siempre unidas estas dos naciones que forman la Península Ibérica: «Consiste en vosa Maestade facer cabeza de suo imperio, esta antigua é ilustre cidade, mas digna de ele que todas as do mundo, assístíendo aquí con su Real Corte» (9). Ni fue solamente eso: la memoria de San Lorenzo estará siempre unida a España porque en su suelo descansaron, honoríficamente conservados, sus sagrados despojos y se guardan sus reliquias. Por una coincidencia, mejor dicho, providencia singular, irá a exhalar su postrer suspiro en la casa de un íntimo amigo suyo, D. Pedro de To­ ledo Osorio, Marqués de Villafranca. El será quien, venerando como santo y apreciando en lo debido el tesoro de su cuerpo, le buscará un sepulcro en Villafranca del Bierzo, a cuyo lado también él y sus hijos irán posteriormente a reposar el sueño de la muerte. A la men­ cionada villa leonesa, cargada de antiguas glorias y recuerdos, será llevado para que se le dé honorífica sepultura en aquel convento de Religiosas Clarisas que, con título de la Anunciada, había hecho le­ vantar a sus expensas sobre los restos de un antiguo hospital, alber­ gue de romeros y peregrinos, convento en el que el propio Marqués contaba entre sus Religiosas a la única hija que Dios le había dado, Sor María de la Trinidad (10). Por todo ese conjunto de circunstancias bien podemos afirmar, sin exageración alguna, que el que muchas veces se llamó y se tenía por vasallo del R e y Católico, lo fue con entera propiedad, al nacer en suelo perteneciente a la corona de España, en haber muerto tam­ bién en tierras sujetas entonces a la misma corona y porque sus res­ tos mortales han estado siempre entre nosotros. Además, su persona está ligada a nuestra historia y su recuerdo a la de los Capuchinos españoles, por una serie de hechos que vamos a consignar seguidamente. Su priviera venida a España. San Lorenzo de Brindis fue elegido Superior de toda la Orden Ca­ puchina, con el título de Vicario General, en el Capítulo celebrado en Roma el 24 de mayo de 1602. Precisamente ya en dicho Capítulo se legisló algo interesante para los Capuchinos españoles y fue: «Que la provincia de Valencia se uniese a la de Cataluña y que toda la Co- (9) J uan B autista L avaña , Viaje de la Católica RealMajestaddel rey Fe­ lipe III N. S. al reino de Portugal y relación del solemnerecibimiento que en él se le hizo, M adrid, 1622 , f. 32 r. ( 10 ) C fr. A jofrin , Vida, virtudes y milagros, 357 .

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