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178 SAN LORENZO DE BR IND IS, ESPAÑA.. m ismo cuerpo a donde h a estado siempre, y h a sido venerado y re s ­ petado como a ta l cuerpo santo», d e c la ra la re lig io sa Sor A n to n ia del Sacram en to en 1630 (130). E l cuerpo, fue, pues, en te rrado en un lu c illo sobre el cu a l se colocó un a lta r dentro del m ismo convento, pero poniéndose un le tre ro por la pa rte de la ig le sia p a ra que se viese, in d ican do en él el d ía, mes, año, etc., de su muerte, según lo h a b ía ordenado el p ropio M a r­ qués (131). T am b ién se pu sie ron unos d ístico s de su vida, ju n tam e n ­ te con el letrero, hecho todo po r el P. Seba stián de la P a rra , M on je B e rn a rd o del convento de C arracedo (132). E n el m ismo sitio donde fue en te rrado luego el M arqués a l m o rir en 1627, ocupando ju stam en te la s e p u ltu ra inm ed ia ta (133), e stu vie ­ ron los restos de S an Lorenzo, conservados tam b ién en la susod icha c a ja h a s ta 1630. E n esa fecha, a l ser reconocido el cuerpo, la h ija del m arqués, que entonces e ra Abadesa del convento, h izo o tra c a ja más preciosa, h e ch a de m ad e ra de cip ré s y castaño , la cu a l te n ía v a ra y te rc ia de largo , m ed ia de an cho y un te rcio de alto , poco más o m enos; estaba fo rra d a po r fu e ra de raso neg ro y po r den tro de ta fe tán enca rn ado y te n ía fo rm ado con ta chu e la s de bronce dorado la s a rm a s de los m arqueses de V illa fra n c a (134). Y a se de ja supone r que, dadas la s m ed idas de la m encionada c a ja , el cuerpo no se h a b ía conservado in co rrup to . E n e lla fue colo­ cado cuan to h a b ía quedado, y así los com isionados p a ra h a c e r el proceso de 1630 pud ie ron v e r desde la v e n ta n a del com u lgato rio de la s re lig io sa s d ich a c a ja «y en e lla compuesto u n a c a la v e ra con su ba rba la rg a y compuestos en su háb ito de c ap u ch in o los huesos de cuerpo y p iernas» (135). L a fin a lid a d de p a sa r los restos a e sta segunda c a ja fue p a ra p re se rva rlo s de la hum edad y asim ism o p a ra tenerlos en s itio más elevado, siendo a l efecto colocada d ic h a c a ja sobre la u rn a donde (ISO) Ibid., 329, 339, 343. (131) Ibid., 322, 329. Dicho letrero debió ser el mismo que aún se leía en 1667 y que así decía textualmente: «Yace en esta h um a sepultado el siervo de Dios y benerable P. F r. Lo rm co de Brindis, capuchino. Fue Bicario general de su Relixión, martillo de los herexes, confusión de los ynfieles y enemigos de la Yglesia, de raras y excelentes birtudis, insigne en bida y en muerte por prodijios y milagros. M urió en Lisboa a veinte y dos de Julio del año de m il y seiscientos y diez y nuebe, y a los sesenta y dos ( sic) de su hedad, en casa del Exmo. Sr. D. Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, etc., y general de Hespaña. Y Su Excia. ymbió su cuerpo a este santo conuento» (Ibid., 386). (132) Ibid., 331. (133) Ibid., 323, 328, 333; ests sitiose llamaba corobajo entre los seglares. (1S4) Ibid., 320; A jofrin , 627. (135) Ibid., 319.

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