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BUENAVENTURA DE CARROCERA 175 tores de Lisboa; lo propio hizo, igualmente, su criado Juan Adán, sa­ cándose después otros varios retratos (111). Para finalizar, consignamos por último que la noticia del falleci­ miento de San Lorenzo fue comunicada por el duque de Osuna a los diputados de la ciudad de Nápoles el 26 de agosto de aquel mismo año 1619 (112). Poca fe les debía merecer el de Osuna, pues, aunque designaron el 27 otro representante suyo ante Felipe III, Juan Bau­ tista Spinelli, hacían constar como dudosa tan infausta noticia (113). En tierras españolas fu e su sepulcro. D. Pedro de Toledo, decidido a llevar a cabo su proyecto y a que­ darse con aquel estimable tesoro del cadáver del Santo, obró con toda rapidez y trazó su plan. Un tanto secretamente encerró los venera­ bles despojos en una caja de pino que estaba forrada por dentro de plomo (114), mandó preparar una litera y dió orden que fuesen con­ ducidos en ella a sus estados de Villafranca del Bierzo, a su querido convento de la Anunciada, sin pompa alguna y sin otro acompaña­ miento que dos soldados, el capitán Ortiz de Salazar y su ayudan­ te (115). No debió hacerlo tan secretamente que no se enterasen los de su casa, incluso los dos Capuchinos compañeros del Santo (116). La par­ tida de Lisboa no pudo ser antes del 24 y aun creemos fuese al día siguiente, muy de mañana, para no llamar la atención y evitar jun­ tamente la tremenda canícula de finales de julio (117). Villafranca dista de Lisboa 130 leguas; la litera tardó en recorrer aquel largo y montañoso camino 17 días. Son varios los testigos que, al declarar en los procesos, afirman que durante ese viaje tuvieron lugar numerosos prodigios obrados por intercesión del santo (118), sin ( 111 ) Ibid., 323 , 324 ; A jo f r in , 523 . S e dice, que este retrato fu e enviado por el m arqués, a l m ismo tiempo que el cu írp o , al convento de la A n u n ciad a pero los testigos n ad a dicen de ello. ( 112 ) Analecta O. F. M. Cap., loe. cit., p. 160 . (113) Ibid., 161. (114) L. M.* N uñez , 333. ( 115 ) F ra n c is c o L . de F a ria , 350 ; A jo f r in , 533 . h ab la n a d a m enos que de u n a escolta. (116) F rancisco L. de F aria , 350. ( 117 ) E l P. A jo f r in , 535 , dice que tan to la c arta del m arqués de V illafra n c a, e scrita a su h ija en aq uella ocasión, como o tra escrita por el criado del m arqués, Ju a n A dán, a un sacerd ote de V illa fra n c a , llevan la fe c h a 24 de ju lio ; por lo m ismo la lite ra no pudo p a rtir an tes de esa fech a. Am b as c a rta s la s pone el P. A jo f r in ; quizás la del m arqués no responda a la realidad. C fr. L . M .’ N uñez, 331 . (118) L. M.* N uñez , 325.

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