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BUENAVENTURA DE CARROCERA 1 6 « dos por el de Osuna, siendo virrey de Sicilia, y otro que se titulaba: Copia de un m emorial que por parte del Duque de Osuna se dio a Su Majestad en Lisboa a 12 de julio de 1619. del tiempo que ha que g o ­ bierna el R e yn o de Ñapóles. A todo eso se añade que el virrey tenía muy buenos amigos tam­ bién entre los ministros y consejeros de Felipe III. El mismo privado, el duque de Uceda, era pariente cercano suyo. Por lo mismo, aunque no tengamos documentos explícitos, ante los hechos tenemos que afirmar que de momento fue sorprendida la buena fe del rey. Más aún: aquellos enviados de Osuna consiguieron que fuese éste con­ firmado en su puesto de virrey de Nápoles por otros tres años, aun­ que muy pronto se dió cuenta del engaño y revocó aquella deci­ sión (96). No es de extrañar que Osuna hiciese hasta lo imposible para que San Lorenzo no tuviese éxito en su misión. Puso primero todos sus esfuerzos para que no fuera él el encargado de traer al rey el men­ saje y exposición de los diputados, y, no contento con eso, informó después particularmente (17 de diciembre de 1618) diciendo que no convenía fuese encargado de aquella comisión «quien no fuese sujeto de V. M.», y añadía, refiriéndose a San Lorenzo: «Este Padre iba ar­ mado con desvergüenza de fraile» (97). Además los emisarios del duque fueron presentando al rey nuevos papeles para contrarrestar el efecto que hubiesen podido causar en su ánimo las acusaciones venidas de los napolitanos. Por otra parte le fue totalmente imposible al de Brindis seguir defendiendo ante el monarca la causa que tenía encomendada. Felipe III hizo su en­ trada solemne en Lisboa el 29 de junio y pocos días antes caía en cama el de Brindis para no levantarse más. Hay biógrafos del Santo que refieren lo que en una de las entre­ vistas habidas con Felipe III, seguramente la última, dijo al rey al verle un poco incrédulo sobre cuanto le exponía, amenazándole con una muerte próxima y citándole ante el tribunal de Dios. Lo que sí declaró la hija del marqués de Villafranea, María de Toledo Osorio, en religión Sor María de la Trinidad fue: Que el dicho D. Pedro, su padre, «le dijo que estando este santo para morir le había enviado ( 96 ) C ír. Anal. O. F. M. Cap., loe. cit., p. 163 . ( 97 ) C a rta del duque de O suna al rey, 17 de diciem bre de 1618 (A G S . Estado, Leg. 1881 , fol. 192 ). T o d av ía el 26 de agosto de 1619 en que com un icaba a los dipu­ tados la n o ticia de la m uerte de S a n Lorenzo, escrib ía a l rey sobre él d icie n d o : «Pues un fra ile m al inform ad o, que nun ca h a cabido en su celda, es recibido de V. M. p a ra o ille ; m ás razón será los que no se m ueven con m ás interés que el servicio de V. M.» ( Ibid., L sg . 1882 fol. 115 ).

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