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BUENAVENTURA DE CARROCERA 135 Otra vez escribe Guillén al rey con fecha 13 de agosto, manifes­ tándole que allí, en Praga, se encontraba el P. Brindis: «Es —dice— un santísimo hombre vasallo de V . M ., por quien y por la real prole de V. M. y de la reina nuestra señora está continuamente haciendo oración. Escribí pocos días ha a V. M. cómo deseaba que le favore­ ciesen con dos cartas, la una para que no le dificulten el labrar un templo de Nuestra Señora en la casa que fue de su padre y a donde él nació; este dicho Padre envía ahora a V. M. dos imágenes de Nues­ tra Señora guarnecida de mano del duque Guillermo de Baviera, que es el que se la ha dado, y a la reina nuestra señora unas cuentas del leño del árbol que plantó San Francisco, colgando de ellas un Cru­ cifijo de acero muy bien hecho y de grande perfección; lo uno y lo otro es de mucho valor por lo que representa y también porque el Padre lo ha traído en su persona muchas veces y le han hecho com­ pañía en sus oraciones y disciplinas: que es de vida muy ejemplar y el celo y caridad con que envía este don a V. M. merece que le re­ ciban con gusto; y porque a dicho Padre le da mucho cuidado que no se pierdan, recibiré mucha merced que V. M. me mande avisar por carta que yo se la pueda mostrar del recibo de estas prendas que él envía con tanta devoción» (4). Meses después, el 5 de enero de 1608, escribía de nuevo Guillén a Felipe III comunicándole había recibido su carta del 23 de octubre, por la que daba gracias al P. Brindis «el cual está muy contento con la merced que V. M. le ha hecho, sobre lo cual he esci'ito yo también al virrey de Nápoles, y besa la mano de V. M. por ello; hame dado un Agnus Dei para V. M., que no va con esta porque yo le tengo tan­ ta devoción por ser de su mano que no quería aventurar que se per­ diese» (5). Y otra vez, en abril de aquel mismo año 1608, le repite que el P. Brindis, a quien el rey había hecho merced de fabricar en Brindis un monasterio en su casa natal, estaba sumamente contento, «orando por V. M. y toda la casa real» (6). Poco después Guillén de San Clemente era reemplazado en su car- e stab a bebido y poco m enos que totalm en te ebrio. E l p redican te a que aquí se h ace referen cia, no fu e otro que P o licarpo L aiser, con tra el que S a n Lorenzo dirigió sus ataqu es de p a lab ra y por escrito, sobre todo con sus Hipotyposis. ( 4 ) C a rta de G u illén (P raga, 13 de ago sto de 1607 )(A G S . Estado, L eg. 2493 ). ( 5 ) C a rta del m ismoal rey (P raga, 5 enero 1608 )(A G S . Estado, Leg. 2494 , fol. 45 ). (6) C a rta de G u illén (P rag a, 12 ab ril 1608 ) (/ bid., fol. 19 ). T am b ién en esta c a rta a v isa en viab a a l rey un retab lillo que h ab ía sido lab rad o por m ano del du­ que de B a v ie ra M axim ilian o , «que e ra u n a de las m ejores cosas que se h an bien hecho en este género», m as un A gn u s D ei y un R o sario del árb ol que plantó S a n Fran cisco .

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