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1 5 8 SAN LORENZO DE B R IN D IS, ESPAÑA. dos días de ver a la reina, lo envía a llamar y a veces se le han pa­ sado dos horas hablando con Su Majestad, y la víspera de la víspera de Ntro. P. S. Francisco le dijo la reina que nos quería convidar y asi lo hizo» (69). Y más adelante añade: «Pues como el P. Brindis ha hallado tan extraordinaria acogida y familiaridad en los reyes, no ha perdido sazón haciendo recuerdo de nuestra fundación; y una vez le dijo la reina que teníamos grande contradicción pero que ella lo rogaría a Su Majestad. Otra vez, estando los dos mirando reliquias..., vino el rey y sentóse a la conversación, y la reina le suplicó, presente el P. Brindis, que por amor de ella y de dicho Padre nos diese la licencia para fundar, y el rey respondió con voluntad, mas sin de­ clararse; y al cabo de pocos días, estando otra vez juntos los tres, dijo la reina al P. Brindis: «Ya tienen su fundación cierta, pero agradézcanlo a V. Paternidad, que si no fuera por él, no se les diera»; y el rey a esto se sonrió como aprobando lo que la reina había dicho, y él les besó las manos a todos dos con mucho agradecimiento y cortesía...». Ahora, el mércoles pasado próximo (7 de octubre) estu­ vo media hora a solas con el rey el P. Brindis, que le dió audiencia privada de que salió contentísimo, porque le acompañé; y creo que ha acabado de obtener el fin de sus negocios. Y pero en lo que toca al nuestro, le dijo Su Majestad: «Presto mandaré despachar el me­ morial o consulta para que fundéis»; de que de nuevo le dió las gra­ cias. Miren VV. CC. ahora si se debe este negocio al P. Brindis; acá así lo juzgamos y así lo entienden cuantos saben de esto; y, aunque el P. Serafín con su buena traza y medios, sin duda lo con­ cluyera, pero con todo hay quien duda y quien afirma que a bien ne­ gociar no fuera en dos años» (70). Lo cierto es que el rey firmaba poco después el permiso para fundar, aunque no se dió a conocer hasta el viernes, 16 de octubre «en que se divulgó y publicó que S. M. hizo para que fundemos, y la campana comenzó el alborada con mil repiques diferentes que los del Hospital hicieron» (71). ( 69 ) A jofrin , 718 . ( 70 ) Ibicl., 719 . ( 71 ) C a rta del P. Severo de L u cen a, M adrití. 15 de noviem bre, 1609 , (A rchivo Prov. d3 C ap u ch in o s de C astilla, M adrid). E ste P. L u cen a recogió después docu­ m entos p a ra escribir la h isto ria de los C apuchinos, cuyo p arad ero desconocemos. E n tre ellos la c arta que D. Pedro de Toledo, m arqués de V illa fra n c a , envió a su h ija S o r M a ría de la T rin id a d religio sa en el convento de V illa fra n c a como ella m ism a declaró m ás ta rd e en el proceso de 1630 (C fr. L u cio M." N uñez , O. F . M. Los procesos de 1620 y 1677 para la beatificación de S. Lorenzo de Brindis, en Archivo Ibero-Americano 6 ( 1919 ), 338 ). Como m ás ad elan te hem os de c ita r con frecu en cia estos procesos, h arem os la re feren cia a las declaracion es de los distintos

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