PS_NyG_1960v007n001p0031_0116

ALEJANDRO DE VILLALMONTE <9 dehombres que tienenlamisma feyel mismoEspírituSanto: rea­ lidades puramente internas que semanifiestanmediante lapredica­ cióndelaauténticaPalabraevangélicaydelaadministración evan­ gélica de lossacramentos. Comprenderemos unpoco esta doctrina luterana sobre la Iglesia si nos fijamos en loque pudiéramos llamar idea germinal del lute- ranismo: Lutero parte, como experiencia religiosa fundamental, de la ultra-trascendencia de lo divino: \Deus semper maiorl Pudo él buscarapoyoenlaideadel Dios «SANTO» tal comoparecedominar enmuchospasajes del A. T.; perofue, sobre todo, supropio talante religiosoel quelellevóaestesentimientoextremosodelaultra-tras- cendencladeDios, alejadodelaauténticaideadeDiosquenosofre­ ce laRevelación. De estasobre exaltaciónde lodivinosesiguendos consecuencias básicasentodoel sistema luterano: Laprimeraesun riguroso «teopantismo» , es decir, que lodivinoysobrenatural, siem­ prequesemanifiestaenel mundoaniquila, destruye todo lohuma­ noy natural. Dios es el ser infinitamente «Otro» y lejano, que ab­ sorbeensí todaactividaddel hombre. De aquí sesiguelaomnímoda pasividadde lohumano ycreado engeneral frente a lo divino; la imposibilidaddetodacolaboraciónhumanaenel plandelosobrena­ tural, por que Dios lo obra todo enel hombre sin el hombre. Esta inactividadhumana frente aDios es propuesta, ante todo, enel or­ denreligioso, moral, sobrenatural. Así comolatesiscorrelativadeque Dios solo loobratodoenel hombre tambiénserefiere aestemismo ordenmoral, religiosoysobrenatural, enprimer término. Eneste contextoseconcibebienlanegaciónluteranade laIgle­ siacomomediodesalvaciónpropuestopor Dios. El hombre, ante lo sobrenatural, sólopuedehacer una cosa: dejarse dominarpor lodi­ vinomediante la fe fiducial. Mediante esta confianza salvadora se hacepartícipe de la salvacióny logra la seguridadcompleta deque está ya salvadoenCristo. Ental casolaIglesiacomoel granmedio de salvaciónpropuestoporDios carece de sentidoy resultaimposi­ ble. Y entonces toda la acciónde la Iglesia, sutriple potestadme­ diante lacual Diosescoge aalgunoshombres comocolaboradores en lasalvaciónde los demás, notiene sentido. Es unaobrahumana y, por tanto, unaprofanaciónde lasantidaddeDios quequiereverifi­ carseenel hombre inmediatay directamente. La acciónde laIglesia, cuando llegaa admitirse, queda vaciada decontenidoyprofundidad. Supoder santificadornollegaaprodu­ cir enel hombre una interna yreal trasformación, unnuevonaci­ miento; sino que se contenta con crear una nueva relaciónentre Diosyel hombre, pormediodelafe fiducial, laconfianzasalvadora. El poder gubernativo también es puramente externo. El hombre se

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz