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114 TEMAS FUNDAMENTALES EN LA TEOLOGIA. tólica» y al mismo tiempo dejarse influenciar por los problemas que ofrece del apostolado. En su más hondo sentido toda la doctrina re­ velada (y la teología que en ella se funda), no es más que una parte, un aspecto de la A c c ió n salvadora de Dios. Dios nos salva con su 0BRA=Crist0 muerto y resucitado; y el conjunto de verdades que forman la revelación (y la teología), no es más que preparación, con­ secuencia y explicación de la A c c ió n con que Dios nos salva en Cristo y de la a c ció n con que nosotros nos entregamos a la O b ra salvadora de Dios en C ris to m u e rto y re su cita d o . Por eso creemos que, en el fondo, hay que tomar cómo señal de buena salud espiritual el que se quiera establecer un contacto cada vez más íntimo entre la teología y la vida espiritual y acción apos­ tólica de la Iglesia. San Lorenzo es un modelo bien logrado de adaptación de la teo­ logía a la vida de la Iglesia para su tiempo y en su campo de acción: el apostolado popular; controversia antiluterana y acción apostó- lico-diplomática al servicio de la Iglesia. En el m odo c o n c re to de ex­ poner las verdades religiosas al pueblo hay mucho de transitorio, cir­ cunstancial y caduco en los escritos de San Lorenzo. Pero de nuevo es preciso dirigir la mirada hacia el fondo, hacia lo permanente. Y lo permanente que aquí nos ofrece San Lorenzo es ésto: Un estudio y conocimiento serio y «suficiente» de la teología hasta lograr una auténtica v is ió n s o b re n a tu ra l del mundo bien segura y asimilada en sus principios fundamentales. El dominaba un conjunto de verda- dades teológicas básicas mediante las cuales había conseguido una visión teológica armónica de todas las realidades sobrenaturales: Dios, las relaciones divino-humanas, la fuerza de la gracia que tra­ baja sin descanso en el fondo de la pecaminosidad humana; la Igle­ sia y su misión salvadora en el mundo; sobre el hombre y su destino sobrenatural. Todo ello convergiendo continuamente en C ris to y orientado a alimentar la vida cristiana individual y colectiva. Poseía, además, San Lorenzo otras dos cualidades excelentes para llegar a ser el auténtico «Doctor apostólico»: la fuerza del espíritu y la fuerza de la palabra. L a fu e rz a del e s p írit u la había logrado me­ diante el contacto afectivo, religioso con las verdades teológicas. Su estudio era en realidad un m e d ita c ió n en el sentido religioso de la palabra. Asi es como los conceptos teológicos, se transformaron en él en «principios de energía», para la a c c ió n apostólica en sus más diversas manifestaciones. Poseía San Lorenzo la " fu e rz a de la p a la ­ b ra ” humana ya que sus dotes oratorias merecieron el calificativo de extraordinarias. 3.— J e s u c ris to C e n tro de la T eo lo g ía ca tó lica . —Siguiendo la idea paulina de la a n a k e fa la io s is , tan querida a San Lorenzo, éste hubiera

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