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A L E JA N D R O DE V IL L A L M O N T E 103 et coniunctissima Deo est ut sponsa, próxima et coniunctissima Chris- to ut mater» (159). Siguiendo el pensam iento del Doctor de Brindis, habría que or­ denar así los decretos divinos que dispone la actual economía de salvación : — El primero en el querer y predestinación divina es Cristo, H o m ­ bre-Dios. — Por amor a Cristo, para su gloria, para que llegue a existir Cristo, quiere Dios a María. — Por amor a Cristo y a María, para su gloria, para que ellos lleguen a ser verificados quiere a los elegidos^ la Ciudad de los santos y los ángeles. — Para que se cumpla la predestinación en Cristo y María, quiere Dios todos el orden sobrenatural: elevación, caída, restauración, glorificación de los hombres en Cristo y en María. — Para realizar el orden sobrenatural y como su presupuesto; para los elegidos y para Cristo y María quiere Dios todo el orden n a ­ tu ra l: el ser natural del hombre y el cosmos, como soporte para lo sobrenatural. Esta sería la única visión auténticamente teológica del «univer­ so» : todo es para vosotros; vosotros para C risto ; Cristo para Dios. V I.— EL «M ISTER IO DE MARIA» SEGUN SAN LORENZO DE BRIND IS María es la realidad teológica más detenidamente estudiada por San Lorenzo de Brindis. La colección de «materia predicable», el Mariale, llamó la atención de los estudiosos, cuando fue publicado tres siglos después de haber sido escrito. No encontramos aquí una Mariología «comp leta», según la exigiría un teólogo de mediados del siglo x x . Pero sí debemos aceptar el calificativo de Mariología «seria-com p leta -orig ina l», si tenemos en cuenta el tiempo en que se escribió, finares del siglo xvi. Incluso algún problema, como el pri­ mado de María al lado de Cristo, presenta una solución amplia, pro­ funda y completa para nuestro tiempo. De momento nos vamos a (159) Mariale, I, pp. 211-212. El teólogo escotista medieval, Vital de Forno, propone el simil de la «p irám id e»: en la base la creación material, en la sección central el hombre, en la cúspide Cristo, Hombre-Dios, vértice que une lo finito con D ios incorporado en sí mismo. Cfr. M ignes, P., Scoti doctrina philosophica et theologica, Ad Claras Aguas, 1930 vol. II, pp. 153-154.

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