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A L E JA N D R O DE V IL L A L M O N T E 101 A la inversa, para poder hablar del «plan divino de salvación», tene­ mos que partir de la «h 'storia de la salvación», tal como se está desarrollando desde el principio del mundo. Estos datos fundam en ­ tales de la historia sagrada, en cuanto que rectamente pensamos que desde la eternidad, tienen una existencia en la mente divina, que­ ridos y ordenados por Dios en su providencia sobrenatural, eso es lo que constituye el plan divino de salvación, la actual economía de sa l­ vación. Varias veces hemos hecho ya alusión a los datos fundamentales de la historia de la salud. Tal como los ofrece la Biblia podemos leerlos así, en su sucesión cronológica: creación del universo y del hom bre; elevación al orden sobrenatural, caída en pecado; espec- taclón y preparación del Redentor en el A. T . ; entrada de Jesús en el mundo para redimir a los hombres, con su muerte-resurrección; la Iglesia de los redimidos espera la segunda venida del Señor en su gloria. Que San Lorenzo conozca todos estos momentos de la historia de salvación entrelazados en una economía y plan de salvación ún ico- continuado, podrá deducirse claramente de lo que llevamos expuesto sobre el primado de Cristo. B) La historia de la salud ”fundamentada” en Cristo. — Y a hemos exam inado este punto al hablar de Jesús como fundamento de todo lo existente. Hemos recorrido cada una de las etapas de la historia de salvación y siempre hemos encontrado en ellas a Jesús como cen ­ tro : razón de ser, contenido y sentido último de cada una de las realidades allí estudiadas: creación -elevación -restauración ..., hasta el m ismo pecado adquiere sentido cuando se le considera subord:nado a Cristo. La unidad y continuidad de la historia divina de salud y del plan divino de salvación viene precisamente de aquí: de Cristo. Sólo en Cristo logra su unidad real más profunda. Por estar sustentado en Cristo y precisamente en torno a Cristo es como mantiene la unidad y continuidad. Los demás elementos se van sucediendo: Cristo per­ m anece: Jesús es iSl fundamento. Esta idea de Jesús como fundamen­ to seguro del universo la tom a Lorenzo de San Cirilo. Mediante ella enlaza con una antigua tradición en este problema de la unidad de la econom ía de salvación en Cristo, a pesar del pecado de ángeles y hombres. El pecado no quiebra la unidad del plan divino en torno a Cristo; contra lo que creyeron tal vez San Agustín y el tomismo de tipo infralapsario. Veamos el texto de San Lorenzo: «Christus fundam en tum est creationis mundi, sicut legimus: ius- tus fundamentum est mundi, Prov. 10, 25. Et Paulus ait quod funda­ mentum... aliud nemo potest ponere praeter id quod positum est, quod est Christus Iesus (I Cor. 3, 11). Fundamen tum Christus est

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