PS_NyG_1960v007n001p0031_0116

1 0 0 T E M A S F U N D A M E N T A L E S E N L A T E O L O G IA . sobre todo lo creado tiene su luz y su sombra. El es la fuente de la vida y el sol de toda luz. Pero también las tin e b la s y el pecado están ordenados a glorificar a Cristo y a revelar algunos aspectos del misterio de Cristo. En especial la grandeza de su amor sacrificado y doloroso; que no hubiese tenido man ifestación tan espléndida y dram á t'ca de no haber existido el pecado. Dios, como un sabio arquitecto, puso el fundamento del universo en Jesús. El pecado derribó la primitiva construcción: el estado de justicia original. Pero como el plan divino estaba fundado sobre Jesús, allí en Jesús, en la virtualidad de su poder, amor y grandeza espiritual encontró Dios medio para restaurarlo: su amor se m an i­ festó, visto el pecado, bajo un nuevo aspecto: como amor reden • tor (155). 3.— Plan divino de salvación ”en Cristo”. Desde el punto de vista teológico toda la actividad divina ad extra gira en torno a lo que se llama "plan divino de salvación”. La creación «natural» con todas las realidades que ella incluye; el or­ den sobrenatural con todas las etapas de la historia de salud en que va realizándose; los ángeles; M a ría ; el m ismo Jesucristo, son componentes diversos de este «plan» divino. Y a hemos visto cómo para San Lorenzo toda la actividad divina hacia las creaturas se concentra en Jesús, principio de los caminos de Dios y fundamento del universo. Según esto ya es fácil comprender que Jesús sea tam ­ bién el centro hacia el cual converge el plan divino de salvación. Juzgamos de interés indicar todavía algunas ideas de San Lorenzo sobre el «puesto de Jesús en la actual econom ía de salvación». A) La ’actual” economía de salvación. Siempre que se habla del primado absoluto de Cristo, se ventila simu ltáneamente la cues­ tión del puesto que le corresponde en la actual econom ía de salva­ ción. Pero podemos preguntar cuál sea, en verdad, la ” actual” eco­ nomía de salvación (156). San Pablo nos habla del «propósito» que, para salvar a los h om ­ bres, existe desde toda la eternidad en el corazón del Padre (157). La «historia de la salud» no es más que el despliegue — en el tiempo y en el espacio— de lo que Dios Padre tenía decidido desde siempre. (155) Textos en las notas 90, 91, 92. (156) Sobre el tema, cfr. A lejan d ro de V lla lm on te, o . P. M. Cap., Maria j los ángeles. En la colección «Maria et Ecclesia». vol. V I (Academ ia Mariana In- tírnationalis, Romae, 1959) pp. 426-431. (157) Véase F rat , F „ La teología de San Pablo. Trad. esp. de S. Abascal M éxico, 1947. Tom . II, pp. 93 ss.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz