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A L E JA N D R O DE V IL L A L M O N T E 7 9 Para el humanismo ateo de nuestros días el ideal supremo del hombre sería llegar a ser «santo», pero sin creer en Dios (97). La palabra «santo» no hay que tomarla en su riguroso sentido teológico. Viene a significar en este caso el ideal del hombre perfecto. Si este m ismo problema del modo de llegar a ser «santo» se lo hubiesen planteado a los hombres del siglo x v i, que luchaban en torno al hombre, ya podemos adivinar la respuesta: — Para el humanismo renacentista el hombre puede llegar a ser «santo» (realizar el ideal de la más completa perfección humana) sin contar con la gracia de Dios, o, en todo caso, recibiéndola como simple ayuda subsidiaria. — Para el antihumanismo luterano, el hombre tarado por el pecado, quedó tan sustancialmente corrompido por él, que ni aún bajo la acción de la gracia de Dios puede llegar a ser realmente «santo». La santidad es un atributo divino irrealizable en el hombre que nos es conocido por la h istoria sagrada. — La teología católica mantiene que el hombre, bajo la acción de la gracia divina, puede llegar a ser realmente « sa n to » : a realizar el ideal del hombre perfecto en toda la amplitud de sus posi­ bilidades. Vam os a presentar a San Lorenzo de Brindis, como ’testigo”, de esta doctrina católica sobre las posibilidades del hombre bajo la ac­ ción de la gracia (98). A) Elevación y caida del hombre. — Cuando San Lorenzo polem i­ zaba con los luteranos sobre la «justificación» o santificación del hombre, se refería continuamente a la justificación del hombre pe­ cador, tal como acontece cada día en la actual situación religiosa del hombre. Mas, para comprender la situación actual, será preciso recordar brevemente otros estadios previos en la historia religiosa de la humanidad. Y a hemos visto cómo el primer hombre fue creado a imagen de Cristo y por consiguiente, desde el primer momento, elevado al orden (97) Tarrou, uno de los héroes de La Peste, de A. Camus, quiere llegar a ser «santo», paro sin creer en Dios. «¿Puede uno ser "santo" sin Dios?, es el único problema concreto que me interesa actualmente ». Cfr. M o e lle r, C h arles, Litera­ tura del siglo X X y el Cristianismo, Trad. esp. de V. García Yebra, vol. I, Ma­ drid, 1958, p. 77. (98) Las ideas teológicas de San Lorenzo que vamos a utilizar aquí se hallan ampliamente expuestas en B en edictos a S. P a olo, O. P. M. Cap., S. Laurentii Brundusini, O. F. M. Cap., doctrina de Iustificatione. Studium historico-theologicum, Patavii-Brixinae, 1939. un vol. de XII-189 págs. Felipe de Fuenterrabia, O. F. M. Cap., Argumentación bíblica de San Lorenzo de Brindis en sus controversias con los Protestantes, Estudios Franciscanos 54 (1953) 321-366.

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