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6 0 T E M A S F U N D A M E N T A L E S E N L A T E O L O G IA . mo. El pueblo piensa menos por ideas abstractas; se mueve más por sentim ientos y gusta de ver una ideología y una religión encarnada en un hombre, antes que en un sistema. En este punto, San Lorenzo percibió con a c ’erto, una vez más, la situación relig:osa de las masas luteranas. En efecto, conocemos por la historia el extraordinario in flu jo que este «mesianismo» de Lutero e jer ció en el origen y propagación de la Reforma. Lutero se presentó a sí mismo como un hombre enviado por Dios para descubrir ante los h om bres en «verdadero evangelio». Pero los hombres a quienes él tenía pre sentes eran, ante todo y casi exclusivamente sus queridos alemanes, el «querido pueblo alemán». El trajo para su pueblo el cristianismo «alemán», la M isa alemana, la teología alemana, el catecismo ale m án , la lengua religiosa alemana, la Biblia a lem anL El pueblo ale m án le pagó estos servicios rodeando al Reformador de un halo so brehumano de mesianismo patriótico-religioso. La historia ha reco nocido en este mesianismo que rodeó a Lutero uno de los factores de su éxito y de su profunda penetración en el alma del pueblo alemán hasta nuestros días. El mesianismo que envolvía la figura de Lutero era especialmente intenso en tiempo de San Lorenzo. El Santo Doctor vió en tal m esia nismo un impedimento de tipo psicológico para la conversión de los protestantes. De ahí su empeño manten ido durante centenares de páginas de su obra, en presentar a Lutero en su auténtica e histórica realidad, despojado del nimbo de gloria sobrehumana con que le idea lizaron la fe y el fanatism o de sus seguidores. San Lorenzo reconoce en más de una ocasión los auténticos y destacados valores humanos de Lutero; pero él se fija ante todo en la personalidad «m o ra l-reli- giosa-cristiana» del Reformador. Y desde este punto de vista hace la «hipotiposis de Lutero » : la descripción viviente, concreta, de su fiso nom ía y personalidad espiritual-religiosa. El resultado de este estu dio sobre la personalidad religiosa de Lutero es que San Lorenzo ca lifique al Reformador como « hereje » : con toda la carga de sentido peyorativo que tal denom inación podía poseer en el ambiente cu ltu ral y religioso en que vivía nuestro Santo. Como auténtico « h e r e j e » , Lutero está cargado de todas las ta ras morales y religiosas con que este tipo de hombre se presenta en la Sagrada Escritura y en la Tradición cristiana, tan to la Tradición teológica como la tradición popular. Esto nos explica la form a im p la cable con que San Lorenzo se esfuerza en demostrar que el R efor mador está batido por todos los peores «espíritus m a lign o s»; espíritu de soberbia, de mentira, hipocresía, lujuria, blasfem ia que hacen de
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