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48 TEMAS FUNDAMENTALES EN LA TEOLOGIA. ferente deataques, feroces ybrutales, enmás deuna ocasión. Para distinguir bienlaantigua Iglesiacatólicaysunuevaconcepcióndel cristianismo aprendida directamente en el Evangelio, Lutero llama aloscatólicos «papistas»; yasuspropiosseguidoreslos«evangélicos». Con ello quería indicar cuál era principio formal externo, visible y exteriormente discernible de ambas concepciones de la Iglesiayde ambos caminos de salvación. Ya hemos podido observar que la exposición que Lorenzo hace de las notas de la Iglesia está continuamente referida al Primado del Obispo de Roma: Pedro y sus sucesores son el centro de la unidad; la fuente del sacerdocio santificador y de la catolicidad. Particularmente la sucesión «apostólica» es la que está enraizada enPedroy garantizadapor lasucesiónenel Primado romano. Teniendo en cuenta la finalidadpráctica y casi popular de su polémica con los protestantes, nada extraño que San Lorenzo in sista en la inconstanciadel pensamiento de Lutero en lo referente al Primado. Es una especie de argumento adhominem. En los pri meros años de suvida cristianay religiosa, Lutero fue unardiente defensor del Primado del Papa: un Saulo defensor ardiente de la vieja justicia, segúnfrasedel mismo. ¿Quémotivos pudo tener para convertirse después en su impugnador? Lutero se halagaba así mismo conlaideadeunaauténtica einéditarevelacióndel sentido más profundodel Evangelio, hechaporDios aél comole fue hecha a Saulopara convertirlo enPablo. Ya veremos más adelante la in sistencia de estamisiónmesiánica que Lutero se atribuye. En rea lidad se trata de que Lutero vió con toda claridad que esta sola afirmación del Primado romano, echaba por tierra toda sunueva concepción del Cristianismo, su «nuevo Evangelio». Si se admite la autoridad infalible del Papa toda la novedad traída por Lutero se veníaa tierra, condenada como fue por el RomanoPontífice. Y to davía por otra razónmás profunda: el hecho mismo de reconocer el Primado romano, suautoridaddoctrinal y jurídica en la Iglesia, ataca directamente los fundamentos primeros del sistema teológico luterano. Enefecto, si se acepta ladoctrinadel Primado, entonces laregla primaria—y menos la única—de la creencia, no es la Escritura, como quiere Lutero; hay que admitir la Tradición, el Magisterio vivoeinfalible delaIglesiamisma, cuyaplenariaysupremaexpre sióneselPapa. Reconocidalasupremaautoridadjurídicaydoctrinal del Romano Pontífice, resulta insostenible la idea fundamental de la eclesiología luterana: la concepción de la Iglesia como realidad puramente interna, espiritual. Eincluso se podía llegar por aquí a declarar completamente falso el principio radical del Luteranismo:
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