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28 SAN LORENZO DE B R IN D IS, EXEGETA aliunde quamab eo naturaliumrerumcognitionemscientiam- quemelius possumus adispici» (52). Estonoobstante, no se debe desechar todo loquehandicho los sabios paganos sobre la naturaleza de las cosas. Pero es necesario investigar diligentemente yseparar loverdaderode lo falso, enor dena incorporar toda verdad en la síntesis superior revelada (53). La historicidad estricta de los relatos del Génesis es, en parte, una consecuenciadelas premisas anteriores. El Doctor capuchinose afana por demostrar y hacer ver esa historicidad. Por otra parte, todas sus explicaciones suponen siempre la verdad histórica de los relatos. Podríamos aducir muchos ejemplos aeste propósito. Véase loquedice apropósitode ladescripción quehace laBibliadel pa raíso. Dice el santoDoctor: Loque seafirmaaquí del paraísono se debe entender tan espiritualmente que se destruya el sentido de la historia... Pues si el paraíso no es algo sensibleycorpóreo, enton ces tampocosedaunafuente; si nohay fuente, nohaytampocorío; si nohay río, tampocopodrádividirseencuatrocabezas; nohabrá, por lomismo, ni Pisón, ni Güijón, ni Tigris, ni Eufratres; ni higuera, ni hojas con las que se cubrieron; ni tampocopudocomer Eva del árbol..., yasí toda lahistoriaseconvertiríaenmerafábula (54). Lo mismose supone enotras cuestiones discutidas del Génesis: forma cióndel primer hombre yde laprimeramujer, naturaleza y forma del primer pecado, existencia y dimensiones universales del diluvio, torre deBabel, etc. Es tambiénaleccionador laexplicaciónquepro ponedelaedaddelosPatriarcasantidiluvianos (55) ydelamuertede Enoc (56). En este últfmo caso, la exégesis de San Lorenzo ofrece unrasgodel todomoderno (57). Con todo, SanLorenzonodesconoce el famoso principio agusti- niano, adoptadopor LeónXIII en la Providentissimus Deus, según el cual «los escritores sagrados, omejor el EspírituSanto, que ha blabaporellos, noquisieronenseñar a los hombres estas cosas—la íntima naturaleza o constituciónde las cosas que se ven—, puesto que ennada les habíande servir para susalvación; y así, más que ( 52 ) ma., p. 3 . (5 3 ) Ibid., p p . 4-5. (5 4 ) Ibid., p p . 227-228. (5 5 ) Ibid., p p . 453-470. (•56) Ibid., p p . 444-445. (5 7 ) C fr . S a l v a t o r e G a r o f a l o , S. Lorenzo da Brindisi esegeta, e n Studi, p . 225. S o b r e la d o c t r in a d e S a n L o r e n z o e n e s to s c a p it u lo s d e l G é n e s is , p u e d e v e r s e T h e o p h i lu s ab O r b is o , Undecim priora capita Geneseos a Sancto Laurentio Brun- dusino, O. F. M. Cap., explanata, e n Antonianum 25 (1950) 443-474.
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