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196 PROBLEMAS ACTUALES DEL CATOLICISMO.. de contener en su recinto tanta multitud. Pues, ¿qué ocurriría con 47millonesmás de fielesypocomás dedosmillares desuperávit en templos, quees el casodeBrasil? Lomismovale, escojamosal azar, decirsobrelasituacióndelosca­ tólicos enGuatemala. ¿De qué asistencia religiosapodríandisponer sus tresmillones decatólicos conciíratanexiguadesacerdotes dio­ cesanos —¡84 exclusivamente!—, si no fuera por la aportación en­ tusiastas ytriple ennúmero, que les ofrece el cleroregular?... Yporúltimo, el tercer elemento, sobreel quepredominantemente ha de llamarse la atención, es el de la disparidadentre lacifra de católicos y la de sacerdotes para atenderlos en todas estas tierras descubiertas «por Castilla y por León». EnEuropa, el censo demuchas diócesis, principalmente enBél­ gica, España, Italia..., da unos 40 0 ómenos, y, a lo sumo, de 500 a 700 feligreses por cada pastor de almas. Y no obstante, ésto, se deja sentir la escasez de clero. Pues, ¿cuál noserá la angustiaque, deestedéficit, padezcannaciones que, como las hispanoamericanas, quetienen, comomedia, de3.473a11.454decreyentesporunidadde sacerdotes? Yestosintraer acita las quepasande20y30mil ca­ tólicos por sacerdote, como ocurre enGuatemala, cuyo cómputo es de 36.000bautizados por unidadenel cleropastoral. Y enel Brasil, la diócesis de Oeiras, sólo dispone de unsacerdote por cada 69.000 creyentes. Ynopase desapercibido que estamos operando, incluyendo enel factor sacerdotes, esto es, en función de cura de almas, a los mis­ mos religiosos; y con cifras absolutas, es decir, sin descuento de los enfermos, impedidos o ancianos, que ya no pueden ejercer los sagrados ministerios; y sintachar tampoco a los ocupados enotros menesteres, como enseñanza, prensa, radio, dirección nacional de laAcciónCatólica, oficinas de laCuriaEpiscopal, etc., etc. Entandesfavorables circunstancias, contemplar el vigor y recie­ dumbredelafedeaquellasgent' s, essentirseanteunportento, ante unverdaderomilagro del cielo; pues, en lohumano están despro­ vistos hasta de lomás indispensable. Supóngase el caso de un sa­ cerdote con 36.000 almas a su cargo. Por joven y celoso que sea, condedicar exclusivamente seis minutos por año acadaunode sus feligreses, sólo alcanzará a hablar con 14.600 de sus subordinados, es decir, menos de lamitad. Y esto sindarle tiempo paradescanso alguno, ni una hora para el más corto sueño. Y a las 21.400 almas restantes, ¿qué suerte les espera? Brindamos al lector el seguir, si le place, haciendo cálculos, no cabilísticos, sino reales ymuy dolo­ rosos, acerca de tan marcada penuria de sacerdotes en esta rica porcióndel mundode lahispanidad...

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