PS_NyG_1959v006n010p0173_0199
184 PR O B LEM A S AC TU ALES DEL C A T O L IC ISM O .. Y en orden al tema objeto de este estudio, el mismo León X III, al hablar en la fecha de clausura y despedir a los congresistas, les recomendaba de modo singular el cumplimiento de las normas apro badas por el Concillo sobre la elección de los sem inaristas y su fo r mación doctrinal y espiritual para el sacerdocio. Después de cuanto antecede, queremos anotar aquí — por ser de justicia y reclamarlo la verdad histórica— , que una de las figuras señeras, que más se destacó y actuó con mayor seguridad y acierto, tanto para la vida de prosperidad del Colegio Pió Latino Am ericano como en la orientación de las sesiones y aprobación de acuerdos en el C ongreso Plenario Latino Am ericano, fue el ilustre purpurado, cardenal Vives y Tutó (1854-1913), español de origen y religioso per teneciente a la Orden Franciscano-Capuchina. La intensa actividad emprendida a partir de esa fecha, en el Nuevo Continente a favor de la creación y mejora de los seminarios, casas de formación re ligiosa, facultades de Teología y hasta Universidades católicas..., ha sido resultante de las inquietudes despertadas en el Congreso y que constituyeron prometedora esperanza para el porvenir. Y tras esto, nos remontamos ya a nuestros días, al año 1955, en que, con motivo de un suceso de universal, resonancia, el X X X V I Con greso Eucarístico Internacional, nuevas explosiones de luz atraen las miradas del orbe hacia Hispanoamérica. Y Pío X H aprovecha esta coyuntura para convocar a un nuevo análisis del problema hasta en sus causas últimas e incitar a la aplicación inmediata de remedios urgentes y electivos. La gran ciudad cosmopolita y de bellezas na turales sin par, Río Janeiro, va a servir de plataforma para estos ejercicios. c) Julio de 1955: Magna Asamblea General de la Jerarquía Ecle siástica de H ispano-Am érica. A poco más de medio siglo de distancia, la cosecha de grandes utilidades recogidas mediante el cumplimiento de los acuerdos del primer Congreso Plenario Latino Americano, hacía predecir no me nor acopio de beneficios excepcionales de una nueva reunión de toda la Jerarquía eclesiástica iberoamericana. Un universal deseo postula ba, con ansiedad, una nueva consulta mutua, un coloquio autorizado y lo más extenso posible, entre los altos dignatarios de las provin cias eclesiásticas y de los territorios de Misión para una mayor vi talidad del espíritu cristiano en aquel continente cuya población, en nente, es decir, todos los países de lengua española y portuguesa, se agrupan en un bloque uniform e que recibe el nombre de «América Latina ». S i bien los es pañoles preferimos la denom inación de Hispanoamérica ó Iberoamérica.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz