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F E L IC IA N O DE V E N T O S A , O. F . M . CAP. 171 cosecha para el pensamiento católico. Lamentablemente, la teología protestante se empeña en desechar tal teología, aferrada a su ex­ clusivo punto de vista soteriológico. Esta visión unilateral y super- espiritualista es la que rezuman las páginas que O. Cullmann dedica a estos acuciantes problemas de nuestra hora. CONCLUSION Nuestra nota, que no ha querido estudiar a fondo ningún tema, sino tan sólo plantear un conjunto de cuestiones muy graves y actuales con motivo del libro O. Cullmann, pide un resumen que ciframos en los puntos siguientes: Primero: es neta e irreductible la escisión radical que mina al pensamiento protestante desde sus orígenes. O permanece fiel a las consignas de la primera hora, y entonces se cierra a todo contacto con la cultura humana y a todo progreso doctrinal, o deduce las con­ secuencias funestas del libre examen y de la iluminación del espí­ ritu a cada fiel, y entonces aboca siempre a un racionalismo y na­ turalismo que disuelve la «esencia del Cristianismo» en mera pro­ yección de cultura humana. Segundo: la incapacidad que el protestantismo ha demostrado y está demostrando para asimilar los elementos valiosos de la cultura humana, hace que las fuerzas de ésta se truequen en tremenda ob- jección contra el mismo Cristianismo. Tercero: ello explica por qué en filosofía moderna tanto el atre­ vimiento, el «loco orgullo», que diría el poeta, del panteísmo más insolente y descarado deba ser considerado como fruto malo del pro­ testantismo, e igualmente que tenga su fuente en el protestantismo esa tendencia mórbida de la filosofía moderna que llamamos irra- cionalismo, cuya postrer etapa es el existencialismo desesperante que nos envuelve. Frente a este desgarro íntimo del protestantismo y ante sus con­ secuencias funestas podemos admirar la síntesis armónica del pensa­ miento católico con su riqueza de facetas ideológicas dentro de la línea pura del dogma, al mismo tiempo que su capacidad prodi­ giosa para asimilar lo mejor y más valioso de la toda cultura huma­ na. Todo ello es fruto maduro de orientación para cuantos desean una directriz para su pensamiento. En un libro posterior a la obra comentada (27), O. Cullmann afirma que la unión entre católicos y protestantes es imposible des- (77) Katholiken und Protestanten. Ein Vorschlag zur Verwirklichung christli­ cher Solidarität. Basel, p. 21 y ss.

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