PS_NyG_1959v006n010p0149_0158

« F A C » , M U N D O M E J O R Y S A N F R A N C I S C O A Pío X II, «heraldo de un mundo mejor», como se calificó a sí mismo en ocasión memorable, le cabe la gloria de haber dado par­ ticular impulso y norma, autorizada, casi proféticamente, a un gi­ gantesco movimiento apostólico de la hora actual. Con plena con­ ciencia de las presentes circunstancias espirituales del mundo, ha sistematizado, insistentemente, importantes directrices de trabajo co­ mún a seguir por todos los hombres de buena voluntad. En la esperanzadora realización de esas consignas pastorales de Pío X I I alentando imperiosamente a «un potente despertar de ideas y de obras», han aparecido múltiples ensayos prácticos según las más diversas técnicas y procedimientos modernos de acción. Una de estas respuestas concretas a la llamada del Papa es la experiencia titulada Fraternal Ayuda Cristiana (FAC), interesantísimo ensayo de renovación de la Iglesia en su plano parroquial, célula de donde todo parte. Consagrado por un franco éxito en algunas regiones de Italia y expresamente alabado por Pío X II, ha comenzado a pro­ pagarse por el mundo con los mejores auspicios. Evidentemente que no es éste un procedimiento exclusivo, único, de posible transforma­ ción de las estructuras materiales y, sobre todo, espirituales de la parroquia, pero sí digno de elogio y, por lo que hace a sus principios teóricos, muy sugestivo, suficientemente logrado y de perfecta validez universal. Una experiencia, en fin, moderna y altamente aleccio­ nadora. Dos partes, subordinadas pero bien diferentes, abarca este plau­ sible programa apostólico: bases ideológicas y método práctico de realización. En conjunto es, sin duda, «un capítulo del Movimiento para un mundo Mejor». Por eso se impone comprenderlo a la luz de las perspectivas, amplísimas, de esta gran tarea actual de cris­ tianización. Omitiendo referirme al lado puramente técnico — más original, pero ciertamente menos definitivo— quisiera puntualizar al­ gunas directrices teóricas fundamentales de esta experiencia apos­ tólica, especialmente fecunda, en nuestro mundo de hoy. Todo en un sobrio esbozo y respetando en lo posible los textos más significati­ vos, entre otros muchos sobre el particular, que constituyen una

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz