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INFORMACION Y ORIENTACIONES B I B L I A Y C A T E C I S M O En estos últimos veinte años los estudios bíblicos se han inten sificado de un modo sorprendente y esperanzador. Con la encíclica «Divino afflante Spiritu» (1943), en la cual Pío X II, orienta, anima y defiende los esfuerzos de los exégetas católicos, las investigacio nes bíblicas en el campo católico se han desperezado, han perdido el miedo y su complejo de inferioridad para lanzarse a una carrera vertiginosa cuyos salutares efectos constata la instrucción de la Co misión Bíblica (15 diciembre de 1955): «Esta Pontificia Comisión. Bíblica, que tiene el cargo peculiar de dirigir y fomentar los estu dios bíblicos, ha tenido conocimiento por varios conductos y fuen tes del entusiasmo con que los Excmos. Prelados han secundado es tas exhortaciones del Sumo Pontífice y de cuánto fruto han reporta do los fieles, en no pocas regiones, de este renovado estudio de los Libros Sagrados» (1). Labor a realizar. En España ha habido una esplendente floración de estudiosos que han impulsado de una manera inteligente y documentada este re nacimiento bíblico cuya repercusión y proyección se manifiesta en la liturgia, en las artes, en los círculos bíblicos, en las semanas y días bíblicos organizados periódicamente en la mayor parte de las diócesis. La Biblia comienza a ser leída, amada y sentida, no sólo por los especialistas, sino también por el pueblo fiel, venciendo arrai gados prejuicios. Ahí están patentes los éxitos de Librería de tantas ediciones de la Biblia. Pero es precisamente aquí cuando podemos preguntarnos con la mano en el corazón en un gesto sincero de exa men de conciencia: ¿Qué han hecho en España los especialistas pa ra que el fruto de sus investigaciones se convierta en alimento es piritual del pueblo fiel? ¿Ya han trabajado lo suficiente para que las conquistas logradas lleguen a los no iniciados a fin de que lean la (1) A A S , 48 (1956) 61 SS.
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