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JOAQUIN DE EN C IN A S, O. F. M . CAP. 104 E l m iv im ien to m ig rato rio , salvo en casos de em ig ración con tro lada está orientado a la ciudad . Pero en este caso se h a llegado ap rox i­ m adam en te a los m ismos resu ltado s teniendo en cu en ta la pob la­ ción negra. E n el m un icip io de V illo ria existen por cada 100 m u je re s 104’1 hombres. E l p redom in io del sexo m a scu lino h a s ta los tre in ta años de edad se en cu en tra ligeram en te compensado en la s edades pos­ te rio re s como puede advertirse en la fig. 2. L a población fem en ina es m ayo r en la s edades m adu ra y adu lta, acaso como consecuencia de un m eno r índ ice de m o rtalidad . L a m u je r e stá menos expuesta a riesgos, su fre menos la s in c le ­ m en cias del tiempo y los desgastes fisiológicos que el hombre c am ­ pesino. E n la cu rva de m ortalidad por edades, como se verá, se r e ­ fle ja un m ayo r índ ice de m o rta lidad p a ra el sexo m a scu lino en la edad adu lta, 2. C om p o sició n de la p ob la ción p o r ag rup a cion es fam ilia res y h a b ita n tes. A pe sa r del amorfo conglomerado que p resen ta a p rim e ra v ista toda población r u r a l existe un a d e term in ad a composición de ag ru ­ paciones con valo r demográfico y socia l. L a fam ilia es un a un idad sociológ ica, económ ica y, sim u ltán eam en te , u n a cé lu la social. L a ag rupación fam ilia r nos in te re sa en este punto como posible fuente de nuevas v idas, como rep roducto ra fe cunda de la sociedad. L a f a ­ m ilia como vecino tiene un sign ificado m a rcadam en te social. L a v e ­ cindad supone como p rerrequ isito ind ispen sab le la proxim idad de re ­ siden cia. Pero su d istin tivo es siempre un a relación de fam ilia rid ad m an ife stad a a través de detalles m ín im o s y sign ifica tivo s. L a s p re s­ tacione s m u tua s de los u ten silio s o rd inario s, el re la jam ien to de la in tim id ad fam ilia r como con secuencia de un visiteo frecuen te y nada pro tocolario , el cuidado de la s cosas o de los n iño s en au sen cia de los pad res, la p a rtic ip a c ión en la s desg racias fam ilia re s y otros sig ­ nos m ás, d e la tan un a s re la cion e s ve cina le s que d ifícilm en te se d i­ fe ren c ian de los lazos fam ilia re s. C ie rtam en te que los lím ite s de vecindad son, con fre cu en cia , im p reciso s. E s ta im p recisión es m ás no to ria en poblados de escaso y denso caserío donde la s relaciones en tre la s d ive rsa s ag rupaciones obedecen a otros factores econó­ m icos y fam ilia re s, m ás que a la proxim idad de la s viviendas. L a ag rupación fam ilia r nos in te re sa bajo el punto de v ista de su fecund idad . T re s son la s p a lab ra s m ág icas que ab ren el m isterio de la s po sib ilidades demog ráfica s de un a pob lación : querer, poder y saber. Pero como presupuesto previo se requiere un tipo especial

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