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136 D EM O G R A FIA DE U N A PO B L A C IO N RURAL punto de vista económico y demográfico. La proyección de estos dos aspectos sobre la vida social condiciona y revela casi todas las ma­ nifestaciones de la vida comunitaria. Pero la vida comunitaria no se reduce simplemente a eso. Ni es apresable la rica plenitud de detalles en los fríos números de una estadística. La observación y la encuesta irán rellenando de vida las oquedades de las cifras. Las manifesta­ ciones de la vida religiosa tienen ya un carácter más singular. La religiosidad en cuanto fenómeno humano es una faceta del orden «cultural» y está, en principio, sometida a las imposiciones del medio ambiente. Pero este condicionamiento es muy flexible. La vida de la gracia desborda con frecuencia todas las previsiones y todos los cál­ culos humanos. Con todo, estos datos demográficos ya apuntan ciertas situaciones que, sin ser precisamente anormales, reclaman un estudio atento e inmediato de la realidad. Porque es indiscutiblemente cierto lo que se advirtió al hablar de la mortalidad. La muerte o la prolongación de la vida es consecuencia de factores, primariamente sociales. A tra­ vés de las características de la vida y de la muerte humanas pode­ mos vislumbrar determinadas situaciones sociales. Baste aquí insi­ nuar algunos puntos que tendrán en alguna otra ocasión más cum­ plida exposición. La composición demográfica de la población de Villoría presenta de momento un estado relativamente satisfactorio. Las agrupaciones familiäres se centran en las familias completas. Pero ya el elevado número de los «solos» y precisamente en la vejez, así como un notable porcentaje de familias truncadas nos descubren perspectivas menos halagüeñas. Habrá que investigar cuáles son los factores sociales que determinan esa peculiar composición de la pirámide social. La com­ posición de la población por habitantes presenta un perfil optimista. Se trata indiscutiblemente de una población en franco período de re­ juvenecimiento. Por otra parte ía correlación de personas «depen­ dientes»-«contribuyentes», es más favorable que en el ambiente rural norteamericano. Pero tampoco se puede olvidar que la productividad agrícola española es muy inferior a la americana. El estudio eco­ nómico y la composición de la población activa nos ofrecerán datos para un juicio definitivo. Pero es muy probable que las personas «de­ pendientes» resulten una carga casi insostenible para la población activa. El fenómeno de la natalidad causa un poco de extrañeza. La dis­ minución de nacimientos se ha pronunciado en estos últimos diez años y es por lo mismo necesario excluir la causalidad. No creo que pueda explicarse todo por el retraso de la edad matrimonial que evi

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