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94 DEMOGRAFIA DE UNA POBLACION RURAL es evidente que el poblado h a tenido el origen modesto de otros m u ­ chos pueblos, sin relieves bélicos, con la e stric ta fin a lid a d del la ­ b ran tío de la tie rra . E x isten abundan tes veneros de agua de buena c a lid a d ; pero h a sta h a ce poco su ap rovecham ien to e ra escaso y en cambio co n stitu ía un peligro p a ra la población, por el exceso de h u ­ medad y por el estan cam ien to . L a topog rafía y la s con stru ccione s son comunes a m ucho s otros pueblos ag ríco las del in te rio r de C a stilla . Su in te ré s consiste p re c isa ­ m en te en su anon im ato . E s un pueblo como otros m ucho s y, por lo m ismo, con valo r de «tipo rep resen tativo» , in clu so en el aspecto de­ mográfico. P ob la ción v e g e ta tiv a .— L a ecología h a demostrado que la m u lti­ p lica ció n de los ind ividuo s de un a especie v iv ien te e stá co nd icio n a ­ da por el medio. Acaso teó ricam en te pud iera m u ltip lica rse u n a es­ pecie ind e fin id am en te , aprovechados todos los recu rso s n a tu ra le s por u n a té cn ica cre cien te. Pero el ap rovecham ien to ra c io n a l de esos re ­ cu rsos no sigue el m ismo ritm o del desarro llo demográfico. Y esta lim ita ción de sub sisten cia s puede in f lu ir — e in flu y e con fre cu e n ­ c ia— en la biogénesis de la especie an im a l. L a d e fic ien c ia a lim e n ti­ c ia aum en ta la m orta lidad , d ism inuye la n a ta lid ad y favorece los fenómenos m ig rato rio s. L a población h um an a se compo rta en muchos casos de modo s i­ m ila r. E l medio puede se r tran sfo rm ado y los recu rso s n a tu ra le s aum en tados por el empleo de la té cn ica y del cu ltivo ra c io n a l. Pero a veces la tran sfo rm a ció n del medio n a tu ra l no es p a ra le la a l c re ­ cim ien to demográfico y se producen los m ismos fenómenos que en la biogénesis de cu alqu ie r o tra especie an im a l. E n todo caso la po­ blación h um an a , como la de o tras especies an im ale s, vive en grupos m ás o menos extensos. E ste es el caso de los diversos m un icip io s o ciudades u o tras co lon ias hum an a s. L a s ag rupaciones h um a n a s se comportan en su con jun to como un ser vivo y adm iten la s m ism as vicisitude s biológicas que el ind ividuo singu lar. C la ro es que se t r a ­ ta de un a an a log ía y no de u n a id en tidad . Pero puede darse un a población en período de decrecim ien to y de vejez o de re ju v e n e c i­ m iento y desarro llo . E l h isto ria l de cada población se va re tra tando , por un a parte , en la fo rm ación del h a b ita t y en la queb rada lín e a del cam ino que reco rre toda población a través de los tiempos. E l género de v ida le h a dado a la población ru ra l el c a rá c te r de poblado sedentario . L a m ism a a ctiv id ad cam p e sin a les im pon ía la pe rm an en cia . Pero en estas sedes ru ra le s se advierte u n a co n fig u ra ­ ción típ ica del caserío que responde a un a c irc u n s ta n c ia h istó ric a o a un hecho de ca rá c te r religioso. E n m uchos m un icip io s m ed ieva

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