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52 EL PERSPECTIVISMO, ¿ES UN RELATIVISMO? B E . del su jeto com o del lado del objeto. El su jeto exige que la verdad sea válida para todos los hombres, y no podemos contentarnos con la fácil renuncia de un empirismo que no sabe más que la impresión del momento. Y esta validez universal la postulamos igualmente de parte del ob jeto, ya que un conocim iento verdadero es mucho más que una simple colección de datos dispersos. Lo que sabemos del triángulo debe ser válido para todos los triángulos. b) Exigencia de historicidad del conocim iento, postulada por el su jeto y por el objeto. El su jeto cognoscente es «h istórico» como realidad óntica y en cuanto su jeto cognoscente. Nuestra h istorici­ dad óntica es obvia : dependemos del universo material y de lo que de él han hecho los hom bres; dependemos de nuestros antepasa­ dos, en el aspecto som ático; dependemos del ambiente social, de la cultura. Y en cuanto sujetos c og ic sc en te s , en primer lugar nuestro mismo conocer ya es realidad óntica y por tanto múltiplemente re­ lativa, como hemos visto. Pero también en cuanto es formalmente cognoscitiva, pues depende com o tal de la situación, que siempre es histórica. Y el mismo ob jeto está sometido a la ley histórica, ya que no podemos hablar de un «en sí» totalmente idéntico para todos los hombres. Pero de esto tratamos más adelante. Ahora me basta con dejar, sin paliativos, en plena visibilidad las aristas duras que presenta el problema (12). LA HISTORICIDAD DE LA FILOSOFIA Para dar razón de una postura filosófica no queda otro cam ino que descubrir las ocultas raíces de donde esta postura ha brotado. Por eso quisiera trazar con brevedad y claridad el itinerario por el que se llega a la filosofía en el pensam iento de Ortega y Gasset. Lo primero que afirma es que la filosofía no es, com o creía D ilthey, fiel en esto a la tradición , una posibilidad permanente del hombre, de modo que, en principio, éste hubiera podido filosofa r en cualquier m omento de la historia, aunque de hecho sólo en Grecia haya c o ­ menzado este quehacer. Tradicionalm ente se ha pensado que la f i ­ losofía, com o el arte, surge en el momento en que el hombre ha sa­ tisfecho las necesidades más aprem iantes del vivir y le queda h o l­ gura para esas otras faenas del espíritu. Ortega cree eso ina cep - (12) C fr. C o n in ch , A. d e : La connaisance humaine est-elle radicalement "his­ torique’”), en Révue philosophique de Louvaint 52 (1954) 5-30, d on d e a firm a h a sta el extrem o la d ificu lta d, pero sin p on er en p eligro el valor absolu to del con ocim ien to.

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