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GABRIEL DE S 0 T IE L L 0 , O. F. M . CAP. 47 ESTADO DE LA CUESTION Opiniones escolásticas : ¿Es el perspectivismo una más entre las doctrinas filosóficas relativistas? Ya he d icho que, por ahora, me li­ m ito al perspectivismo orteguiano. Para algunos filósofos d icho pers­ pectivismo es un verdadero relativismo. Tiene Ortega una frase que suena así: «Hay tantas realidades como puntos de vista». Pues bien, J. S. V illaseñor, m ejicano, ha visto en esas palabras el germen de la doctrina relativista «que años después encontrará cumplido desa­ rrollo en «El tema de nuestro tiempo» (3). Y más adelante, para que no quedara género de duda, d eja estampadas estas expresiones: «Propugna (Ortega) su nueva metafísica de la razón vita l; mas es el caso que una tal doctrina, de entraña escéptica, que rehuye toda consistencia metafísica, que declara toda verdad relativa e histórica, que se basa en lo positivo y contingente y cuya única brú ju la es la fidelidad a la caprichosa circunstancia, no puede reclamar para sí el título de metafísica, a menos que se quiera jugar con las p a ­ labras» (4). Este párra fo dice otras muchas cosas, demasiadas cosas, esa es la verdad ; pero por el momento sólo interesa la afirmación de que la filosofía de Ortega y Gasset es de base escéptica y declara toda verdad relativa. De esta misma opinión es un libro reciente del P. Ramírez, en el cual es al propio Ortega al que hace declararse relativista: «De donde infiere Ortega que la verdad es esencialmente concreta e individual, mu ltifacética y variable, relativa y temporal, y perfectam ente compatible y armonizable con el error, a tenor de la misma vida humana de cada cual» (5). Y, en un libro posterior, remacha el clavo cuando escribe: «La idea orteguiana de la verdad, fundada en su radical historicismo y movilismo, excluye toda fijeza e inmovilidad de la misma, aunque sea la de los primeros p rin ci­ pios» (6). Opinión de J. Marías y P. Garagorri: Pero esta interpretación de la filoso fía orteguiana no ha sido aceptada por todos. La han recu - (3) V illa s e ñ o r , J. S . : José Ortega y Gasset (M éx ico, 1943), p. 51. (4) V illa s e ñ o r : op. cit., p. 221. U nas p ág in as an tes h a ce V illaseñ or a los españ oles gracia del sah um erio, cu a n d o e scrib e: «N o exig im os al pensam iento españ ol rig or sistem ático, im p rop io d e su gen io y carácter». P o r lo visto se da p or sa tisfech o con que seam os poetas, co n tal que can tem os co n tod o el sen­ tim iento. El P. I r ia r t e en «La ruta mental de Ortega» (M ad rid, 1949), d edica el cap. I I I a los «h istorism os ortegu ia n os», en fo rm a sum am ente deficiente. (5) R am írez, O. P .: La filosofía de Ortega y Gasset (B arcelon a , 1958), p. 267. (6) R am írez, O. P .: ¿ Un orteguismo católico ? (S alam a n ca, 1958), p. 76.

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