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62 EL PERSPECTIVISMO, ¿ES UN RELATIVISMO? U L T E R IO R A C LA R A C IO N Como ilu stra c ió n de todo esto que vengo d iciendo , voy a tom ar un ejemplo que yo juzgo a ltam en te ilu stra tivo . Me refiero a l famoso tem a de la ob jetividad de la s cua lidades llam ad a s se cu nd a ria s. No tenemos m ás que reco rda r lo que es de todos sabido a ce rca del m o ­ do de conceb ir esas cualidades. Tenemo s en p rim e r lug a r un r e a lis ­ mo ingenuo, p a ra el cu a l el color y demás cualidades se cund a ria s se dan en el objeto aún fu e ra del ámbito sen sib le : sin necesidad de que el su je to la s conozca. Según e sta m an e ra de en tender la s cosas, los objetos sensib les poseen en sí m ism os toda la pe rfección de que los creemos investidos. Puede o cu rrir que llegue un su jeto y se e n ­ riquezca con su cono cim ien to ; pero el objeto m ismo no n e ce sita p a ­ r a n ad a de este su jeto . Se basta a sí m ismo. E l objeto lleva en sí p lenam en te su verdad ontològica y el conocim ien to se lim ita a tom ar un a copia y tra s la d a rla al ám b ito su jetivo . Con este mundo perfecto creyó a cab a r de un a vez p a ra siempre D e scartes. E l mundo que él nos devolvió, el que él m ismo recobró después de su duda u n iv e rsa l, e ra un mundo sin v ida, pobre h a s ta la m ise ria , desprovisto de co ­ lores, sonidos, sabores. Su mundo «es un mundo de puntos, de l í ­ neas, de ángulos, de triángu lo s, de octaedros, de e sfe ra s que e stán en movim iento». E n sum a, un mundo p a ra geómetras, pero en el que no sabemos qué h a ce r los que apenas reco rdamos m á s que unos rud im en to s de geometría. E l empirismo ing lés, con Lo ck e , trasladó despreocupadam ente el mundo m a rav illo so del color y del sonido al ámbito del su jeto . Lo ck e , como un p ira ta m ás de la s Is la s , robó a l mundo su m e jo r tesoro y se lo llevó en su barco. L e s quedaba a la s cosas so lam en te la extensión y la tem po ralidad . Pero no quedó aquí el despojo. K a n t dió un ú ltim o zarpazo a l mundo y de la extensión y de la tem po ralidad se construyó dos fo rm as a p rio ri del cono ci­ m iento sensib le. Po r fin ya no quedaban en este m undo ta n b á r ­ b aram en te saqueado m á s que fenómenos, pu ra s ap a rien c ia s. E n es­ te siglo el ser, la realidad , h a vuelto a re iv in d ic a r sus derechos y se h a notado un retorno al realismo . Pero nada vuelve p e rfe c ta ­ m en te idén tico , n i la s nubes que veía p a sa r C a lix to , siem p re v a ria s y siempre la s m ism a s, n i la s teo ría s filo só fica s. Hoy el mundo de los colores, de los sabores, de la m ú sica h a n adquirido de nuevo rea lid ad innegab le an te nosotros. ¿Cómo? N i en la fo rm a del inge ­ nuo realismo an tiguo , n i como pu ras su je tiv id ad e s, sean de tipo em ­ p írico o k a n tian o , n i menos como en c ie rta s do ctrin as neoesco lás- tic a s en la s cuale s se re cu rre n ad a menos que a l p rin cip io de c a u s a ­ lidad p a ra dem o strar, deductivam en te, que a la sen sación co rre s

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