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ALEJANDRO DE V ILLALMONTE, O. F. M . CAP. 9 el m odo con creto de predicar sobre Dios y de proponerlo ante los hombres de nuestro tiempo. A) H a c e r de D io s tema fre c u e n te de p re d ic a c ió n . —Podrá parecer innecesaria la observación de que Dios haya de constituir un tema frecuente de nuestra predicación . En cierto sentido, y cuando se pred ica religiosa y cristianamente, Dios es el tema eterno de la p re d icación , en las infinitas variedades y posibilidades de explicación que ofrecen sus perfecciones y su acción en la Econom ía de salva ción. En un sentido verdadero y último todos los grandes temas de la Teología cien tífica está referidos a la «ratio Deitatis». Tam bién nuestra predicación cristiana, en última instancia, siempre nos habla de las perfecciones divinas y de sus múltiples m an ifesta ciones en la H istoria de salvación. Pero ahora nos referimos a la necesidad de que Dios en sí m ism o: sus atributos, su acción en el mundo y en cada hombre, sea el tema e x p re so y d ire c to de la Predicación. Sencillamente el tema del ser món. Atributos divinos de tan hondo conten ido vital-espiritual c o mo la omnipresencia, la omnisciencia, la santidad, la ira de Dios, son pocas veces tem a e x p re so de predicación al pueblo. Esta ausencia relativa, pero real, de Dios en la predicación , da por resultado el que la idea de Dios se empobrezca gradualmente en la con ciencia reli giosa del pueblo cristiano. Unas veces Dios se convierte en la idea del Absoluto lejano, fondo m isterioso del universo. O bien queda reducido a un vago sentimentalismo que sólo percibe lo divino en la bondad universal de las cosas y de los acontecim ientos propicios. Después de una larga om isión de Dios en los temas de nuestra p re d icación , es cuando se hacen posibles momentos de auténtica crisis de la idea de Dios com o el que actualmente padecemos. Se hace necesario que el pueblo cristiano tenga una idea de Dios rica en conten ido, variada, grandiosa y al mismo tiempo bien marcada con los rasgos de un Ser vivo y personal. Dios es el ob je to religioso por excelencia y todas las demás realidades lo son por r e ferencia a El. Por eso el con ten ido formativo de la idea de Dios sólo en pequeña parte puede ser suplido por otros ob jetos religio sos: por ej., predicando demasiado exclusivamente sobre las virtudes cristianas, la vida de los santos y aún las grandezas de la Virgen Santísima. El tema de Dios, su naturaleza y su acción en el mundo y en la historia nunca han de ser propuesto en form a prob lem á tica : que riendo provocar la reflexión humana sobre el tema, o una solución y seguridad racional sobre el mismo. El portador del Mensaje evan gélico, también en este punto fu n d am e n ta l, habla «autoritativam en - te». Dios siempre viene a «imponerse» al h om b re; a todo hombre,
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