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6 PREDIQUEMOS AL DIOS VIVO mente desligado de Dios y re v u e lto con tra El. Acepta que su destino sea la angustia-tragedia-nada (si se trata del ateismo existencia- lista); o ún icamente se siente religado al ideal del progreso, del ser­ vicio a la revolución social y a la Humanidad. b) es un fenóm eno que a fecta al modo de ser entero de la so ­ ciedad : la clase social que va a con figurar la futura sociedad, el Proletariado, mantiene la tesis de la no-existencia de Dios com o un dogma y convierte esta fe a te ísta en base de su acción en todas las direcciones de la vida individual y social. Esta fe a te ísta obra, pues, com o catalizador de toda la actividad y pensam iento de la nueva sociedad: su moral, las normas de conducta individual y social, su concepción del hombre y de la vida, en una palabra, toda su «con ­ c e p c ió n del m u n d o » está a fectada por este dogmatismo ateo. A base del ateismo se quiere ed ificar una nueva civilización y poner a su contribución las energías de las clases sociales y el potencial de los pueblos. c) finalmente, con esto se ha logrado llevar al ateismo hasta su estadio d efin itivo: la to ta lidad , en amplitud e intensidad. Tanto en el aspecto o círculo de lo individual com o en el círcu lo de la activi­ dad social entera. Lo mismo que una fe viva en Dios lleva consigo la exigencia de que el hombre y la sociedad se entreguen sin reser­ vas a Dios y a los quehaceres religiosos; también la fe a te ísta exige la entrega del individuo a combatir la idea de Dios com o fundam en ­ to de la existencia hum ana ; y de toda idea religiosa en general. Si el ateismo lo hemos denom inado una fe ya se comprende lo que esto sign ifica : es que el ateismo puede revestir y reviste en m u ­ chos de sus profesantes las características sicológicas de una creen ­ cia o fe religiosa: está llena de impulsos volitivos, cargada de senti­ m ien to y elementos a fectivos; logra una seguridad subjetiva y una certidumbre interior prácticam ente idéntica a la del creyente reli­ gioso; a fecta a toda la personalidad y determ ina una actitud funda ­ m ental totalitaria de la vida humana, ba jo cualquier aspecto y en todo el campo de sus actividades. B) F u n d am e n to s del a te ísm o m a rx ista . —El señalar todas las cir­ cunstancias que han provocado la aparición del ateismo dogmático del marxismo es extraordinariamente complicado. Nosotros nos r e fe ­ rimos aquí a alguno de sus fundamentos que, además de ser prim a ­ rio desde el punto de vista teórico, tiene gran importancia en el orden práctico. Según propone reiteradamente el ateismo marxista la idea de Dios (y la religión que sobre ella se funda), no ha aliviado el desti­ no doloroso a.ue pesa sobre la humanidad. Más aun, con frecuencia ha ocasionado al hombre nuevos su frim ientos; particularmente por

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