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40 PREDIQUEMOS AL DIOS VIVO dicación profètica a intensificar su vida religiosa por el recuerdo de la Alianza con el Señor. El cristiano ha de reavivarla con el re­ cuerdo de la Cruz; que para él se convirtió en « acontecimiento per- sonalísimo-» , por el Bautismo y la Misa. 4. Nuestro Dios se llama ” Yo -estoy-con tigo” . La revelación cumbre de Dios en el AT. está conten ida en aquella escena en que Dios habla a Moisés desde la zarza ardiendo y le dice cuál es su nombre prop io: Yavé (17). Y en realidad toda u lterior reve­ lación de Dios en el AT. tiene conexión man ifiesta con el nombre de Yavé y a través de la invocación de este nombre se especifica la religión del AT. y se distingue de otra parte. A) Dios se pone al lado del hombre. —Todo el contexto nos hace pensar que en Ex. 3, 11, Dios quiere man ifestar a Moisés lo que El es intimamente, su característica «personal» más saliente, su naturaleza. Pero hay que cuidar de no entender aquí la pa la ­ bra naturaleza en sentido m etafisico y abstracto, com o si Dios definiese su constitutivo metafisico. Más bien, Dios da en este pasaje una declaración de su voluntad, con la cual quiere preparar a Moisés para su m isión : «Yo soy el que soy». Es decir: Y o estoy realmente, de verdad aqui, a tu lado; estoy dispuesto a ayudarte en form a de­ cisiva, com o lo he venido ya haciendo desde siempre, cuando estuve al lado de tus padres Abraham , Isaac, y Jacob. Si aceptamos que la Biblia nos quiere señalar aquí la naturaleza íntima de Dios, entonces el aspecto que hemos escogido para estu­ diar a D ios: «D ios-con -n oso tros», «D ios-para -nosotros», recibe su plena con firm ación . Porque Dios se describe a Sí m ismo com o el Dios que está aquí presente, a nuestro lado, para auxiliarnos. No hay alusión a algo de índole metafísica y abstracta; sino su Ser tal com o es aquí y ahora ; su Ser dinám ico, operativo, que obra a nues­ tro lado asistiéndonos. Un Dios que está vuelto hacia nosotros desde lo más íntimo de su Ser. Desde esa hondura in fin ita es Dios la de­ fensa y la protección de h om b re; y se le ofrece para cuidarle, siem ­ pre a su lado. El sentido y valor religioso de este «nombre» divino es evidente: Cuando alguien nos dice con fidencialm ente, «yo estoy a tu lado», ya comprendemos bien lo que ésto quiere decir: es una invitación a la con fianza, a la amistad, a la ayuda incondicional. Esto es todo el Ser divino para nosotros. (17) E xod. 3, 11-14. U na e x p lica ció n del n om b re d ivin o en E ic h r o d t, Ob. cit., pág. 116-130. V rie ze n , Th. des. AT., in Grundzüge, pág. 199 ss.

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