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ALEJANDRO DE V ILLALMONTE, O. F. M . CAP. 3 9 Dios en sí mismo y su entrega personal a Dios, a las exigencias de esta Caridad. Desde Cristo crucificado hay que revalorizar y completar ahora todas las ideas religiosas que nos sugirió anteriormente la idea de la Alianza en el AT. En Cristo cru cificado libra Dios a su pueblo — al mundo entero— de los poderes del mal que le tenía esclavizado. Desde lo alto de la Cruz, desde la m ontaña del Calvario, promulga Dios el nuevo mandam iento, la Caridad, regulación de las relaciones d ivino-humanas por el amor de caridad. La con fianza y seguridad del hombre ante D ios; el optim ismo ante la vida y su pesadumbre, todo recibe una luz mucho más intensa m irado desde la Cruz de Cristo. C) Cómo predicar del Dios de la Alianza. —Por su valor «predi­ cable», kerigmático, indicamos brevemente el modo más concreto de proponer al pueblo cristiano las ideas religiosas contenidas en la Alianza. aa) Dios hizo la Alianza con nosotros en Cristo crucificado y por su Sangre. En la Cruz Dios hace donación de sí mismo, en Cris­ to, D ios-H om bre..., y recibe la donación , entrega de toda la hum a ­ nidad a El en sacrificio que Cristo, Hombre-D ios, hace por todos los hombres. bb) Esta Alianza de la Cruz es la obra d e amor, elección graciosa de Dios. En ella Dios nos da Cristo y en Cristo todas las gracias: su perdón, su providencia paternal, la seguridad de su asistencia También nos da sus «mandam ientos» y exigencias; pero los manda­ mientos aparecen, desde la Cruz de Cristo, como una gracia, una m an ifestación de la providencia paternal de Dios sobre nosotros, de su voluntad salvífica. No son ninguna imposición ni «gravosa», ni de orden ju ríd ico ... cc) Cada cristiano ha sido llamado y ha realizado su «alianza» con Dios, en el Bautismo, en el que muere sacramentalmente con Cristo. En el Bautismo — a semejanza de la muerte Cristo— tenemos que Dios «elige» graciosamente al hombre y le «consagra», com o suyo. Por su parte, el hombre, a impulso de la gracia, se decide por Dios y le «elige» personalmente por su Dios. dd) La vida cristiana ha de renovarse continuamente con el re ­ cuerdo y comprensión de la «fe jurada», de la Alianza realizada en el Bautismo. Que es fidelidad al amor de Dios, a su gracia, a su predilección por cada uno de nosotros. ee) La «alianza» bautismal se reitera pública y solemnemente cada día en el sacrificio de la Misa, «rememoración» sacramental del sacrificio de la Cruz. ff) El piadoso israelita era invitado continuamente por la p re

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