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ALEJANDRO DE V ILLALMONTE, O. F. M . CAP. 3. El Dios dp la Alianza. La «personalidad» del Dios Vivo queda patente a través de las consideraciones que acabamos de hacer sobre la libre acción de Dios en el mundo, com o Señor de la historia. Por otra parte ya sabemos que Dios, en sus relaciones con el hombre, ha adoptado una actitud abierta, comunicativa, de dialogante e interlocutor del hombre. A c­ titud abierta que acentúa más por el hecho de que Dios mismo ha sido quien dotó al hombre de la facu ltad de responder a su Creador y de dialogar con El. La idea de la Alianza que ahora vamos a desarrollar, descubre un nuevo aspecto de la «personalidad» de D ios: nos sugiere más de cerca y con más insistencia la idea de que Dios es, un D io s-p a ra -n o so tro s»; un Dios que nos busca para el encuentro de amistad con El, en esta vida y en la otra (14). A) La idea de la Alianza en el AT .—Es bien sabido que desde Moisés, la liberación de Egipto, y los acontecim ientos del Sinaí, las relaciones entre Dios y el Pueblo elegido se expresan en torno a la Allánza solemne que se consumó entre ambas partes... Apenas habrá en el AT. una idea de más amplio y denso conten ido teológico y religioso-práctico que esta idea de la «Alianza» sagrada contraída solemnemente, con juram en to por ambas partes, entre Dios y el Pueblo. En esta idea de la Alianza se condensa toda la experiencia israe­ lita sobre Dios. Aquí se estudia y aprende todo lo que Dios es para su Pueblo. Y también el con cepto de la revelación divina com o un hecho enmarcado en la historia. Lo que Dios es y significa para el Pueblo, no se expone en forma especulativa, ni en form a doctrinal n inguna; sino que sencillamente se describe a Dios interviniendo y obrando en la h istoria del pueblo, «creándolo» y con figurándole se­ gún su voluntad. Y sólo a través de estos hechos se da a conocer su «naturaleza». En otras palabras: se quiere decir a los hombres cómo es D ios; no se desarrolla ninguna tesis, ni se recurre a ninguna le c­ ción doctrinal propiamente d icha : simplemente se cuenta una «h is­ toria» : los hechos en que Dios se demostró ser el Salvador del pue­ blo, al que El eligió y creó para Sí. Todo el curso de la h istoria del AT. está orientado a esclarecer la idea de la A lianza: com o térm ino y coronam iento de la maravi­ llosa salida de Egipto, está la fundación de la Alianza o Pacto sinaí- (14) E ic h r o d t, W .: Theologie des Alten Testaments. T eil. I, 5. A u f. Stuttgart- G öttin gen , 1957. O rganiza la ex p osición d e su T eologia del AT . a base de la idea de la « Alianza ». V éase p a rticu la rm en te las págs. 14-32.

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