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3 0 6 INFORMACION CULTURAL lugar, el empréstito a las pequeñas industrias les es menos desfavora­ ble que a las grandes por estar menos capitalizadas. También se hizo notar que más útil que los empréstitos, que al fin y al cabo hay que retribuir, sería considerar en cada caso las repercusiones que los diversos impuestos pueden tener en las pequeñas y en las grandes industrias. Porque es ahí donde, con frecuencia, las pequeñas in ­ dustrias se hallan en una posición desventajosa. Frente a este aspecto de sentido estrictamente económ ico se hizo oír la opinión que acentuaba el aspecto moral y religioso de la clase media. D. Rafael González M oralejo, obispo auxiliar de Valencia, acentuó los motivos de orden moral y sobrenatural de la clase m e­ dia. Se trata de una empresa más proporcionada a la capacidad del empresario y realiza m ejor que ninguna otra estructura social el concepto cristiano de propiedad privada. En relación con este punto de vista también se apuntó que el sentido de responsabilidad e in ­ dependencia son, ert primer lugar, un estado de con ciencia y una visión personal cristiana de la vida. Por consiguiente hay que fom en ­ tar la personalidad que es la base de todo comportam iento humano. También en el aspecto social la clase media sign ifica o debe sig­ n ifica r la exclusión de polarizaciones extremas entre el capitalista y el proletariado. La clase media es el eje de la estabilidad p o lítico - social. Referente a la seguridad social del empresario medio se hizo n o ­ tar también su posición desventajosa. El obrero está asegurado c on ­ tra todo riesgo de enfermedad y de paro o de retiro. La clase media tiene que soportar unos considerables impuestos y en caso de en ­ fermedad o de vejez no puede con tar más que con sus propios aho ­ rros. En este aspecto se proclam ó la necesidad de crear también, y en primer lugar por parte de los pequeños empresarios, ciertas m e ­ didas de previsión social y se sugirió la idea de la ayuda estatal. El con cepto de ’’clase media”, presentó al principio ciertas d ificu l­ tades. Pero la polém ica quedó prácticam ente zan jada al man ifestar algunos congresistas el valor relativo de la palabra. Naturalmente el tipo de clase media tiene una delim itación imprecisa aún dentro de un país determ inado. Pero todavía presenta mayor variedad al comparar las diversas econom ías de los diversos países. Y así se a cor­ dó adoptar una categoría de clase media, un p oco convenciona l si se quiere, pero útil com o instrumento de discusión. Por de pron to se lim itó a los empresarios, quedando con ello excluida toda una serie de actividades burocráticas que podría abarcar el tipo med io de fu n ­ cionarios en las diversas man ifestaciones de la vida política. Y , den ­ tro del tipo, empresario, el concepto de clase media tiene un sen ­ tido bastante impreciso y solo apreciable en su oposición al proleta

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