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INFORMACION CULTURAL 3 0 5 cíales, etc.— , de seguridad social para los empresarios de clase media? La discusión. Es imposible dar relación detallada de las discu­ siones. Por otra parte las simplificaciones pueden inducir a error. Más que las intervenciones escuetas pueden interesar determinadas orientaciones ideológicas más o menos identificables con determ i­ nados grupos de congresistas. El aspecto económ ico del problema fué discutido ampliamente hasta culm inar en la interesante polé­ m ica en torno al sistema económ ico y juríd ico de cooperación de empresas propuesto por el profesor de la universidad de Insbruck, Clemens August Andreae. Para evitar la absorción de las pequeñas empresas habría que pensar en un tipo de sociedad nuevo entre la sociedad com anditaria y la sociedad anónima. A la vez que se c on ­ servan en este nuevo tipo de sociedad los valores ético-económ icos, antes mencionados, se podrían resolver más fácilm ente los prob le­ mas comunes de capital, instrumentos de producción , in form ación y form ación profesional adecuada. Hubo quien vió en esta posición una tendencia centralista que es precisamente lo que se intentaba salvar. Por otra parte se señaló la dificu ltad de que ese tipo de sociedad no existe todavía jurídicamente. Sería preferible intentar remedios a base de los elementos existentes. Con todo no se dejó de reconocer que, sin ser exclusivo, era uno de los posibles medios de solución. También b a jo el aspecto económ ico se h izo notar, sobre todo por parte alemana, que la grande industria no lleva necesariamente a la supresión de la pequeña industria. Por el contrario, exige una in ­ dustria complementaria, cuya fa lta había provocado ya en alguna ocasión serias d ificu ltades al desarrollo normal de la producción. Aún en este caso, claro está, sería necesaria la cooperación de las pequeñas empresas al menos en ciertos sectores. Porque puede dar­ se el caso de ciertas industrias manufactureras con cierto crédito que pueden vencer fácilm ente la concurrencia. Pero la organización técnica, por lo que se refiere a la dirección y coloca ción de productos, tiene que ser según los modelos de las grandes industrias, es decir, según el princip io de la especificación de funciones. Esto sólo lo pueden realizar las pequeñas empresas «asociadamente». Hay que distinguir entre «colectivo» y «colectivista», com o se distingue entre individual e individualista. No todo lo colectivo es sinónimo de am or­ fo o de total supeditación. Partiendo de la política económ ica hay muchos medios de financiam iento económ ico, bien sea por la crea ­ ción de un ban co con esa finalidad, o por medio de los bancos exis­ tentes. Pero la facilitación de créditos a las pequeñas industrias de­ pende en primer lugar de la con fianza que inspiren y en segundo

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