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3 0 4 INFORMACION CULTURAL El valor é tico-econ óm ico del estamento med io está en el signi­ ficad o que la propiedad privada tiene en la producción . Según Santo Tomás la propiedad privada garantiza la productividad de los bienes y salvaguarda los fines éticos y culturales de la sociedad. Con esto se pone de man ifiesto que la propiedad privada no tiene la fin a li­ dad exclusiva, ni siquiera la principal función , de asegurar los b ie­ nes de consum o; que la propiedad privada no está orientada a la máxima productividad. La propiedad privada acentúa la presencia, responsable y consciente, del empresario en el ámbito económ ico y, com o consecuencia, en el orden político-socia l. Este riesgo y coop e ­ ración consciente solamente la ejerce el propietario en sentido p le­ n o ; no el propietario por acciones. El valor de la empresa media no está en la explotación racional, que puede ser in ferior — y lo es con frecuencia— a la de las industrias mayores. En suma, la ven ­ ta ja de la empresa media no está en la productividad n i en la ren ­ tabilidad, sino en valores ético-económ icos. Estos valores podrán ser o no ser reconocidos, pero no por eso dejan de tener su importancia. Y están igualmente amenazados por el desarrollo de la moderna industria. Fundamentado el valor social del estamento medio, hay que pre­ guntarse por su situación actual, por los medios de propia defensa frente a las grandes unidades económ icas y por la ayuda estatal por medio de una política económ ica favorable a la conservación y f o ­ mento de la clase media de empresarios. Esto es lo que constituyó la base de la discusión. En primer lugar hay que ver en qué medida peligra la clase media empresarial en el actual orden económ ico. Ciertamente que la concurrencia pone en riesgo inm inente la existencia y la independencia de las peque­ ñas empresas. El remedio tiene que empezar por las mismas clases medias en justa defensa. Habrá que -ver hasta qué punto las em ­ presas medias son realmente hereditarias del antiguo sistema p a ­ triarcal con sus ven ta jas; y en qué medida se hacen cargo los em ­ presarios del estamento medio del nuevo tipo de m ercado que se rige por la concurrencia. De la elasticidad y dinam ismo de las in ­ dustrias medias para acomodarse al nuevo juego de las fuerzas e c o ­ nóm icas depende su salvación o su irremediable extinción. Pero hay que reconocer que las empresas medias no tienen una exclusiva finalidad económ ica y por lo m ismo solamente pueden de m odo parcial presentar la lucha a las grandes industrias que persiguen un fin exclusivamente económ ico. Lo cual quiere decir que el Estado tiene que proyectar una política económ ica de ayuda al estamento medio. ¿Qué medidas convendría adoptar de orden legislativo, de ca ­ rácter intervencionista — subvenciones, exenciones tributarias pa r-

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