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2 6 8 A LA CONQUISTA DE UN ’ ’ MUNDO MEJOR” n u trid o a cto an te e l p ó rtic o de la Ig le s ia C a te d ra l. D ió la b ie n v e n id a a los M is io n e ro s Mons. C le to Loayza, O b ispo de Po to sí, y ha b ló en n om b re de todos ello s el P. S ix to M a ría de P e sq u e ra ». Desde este m o ­ mento los actos de la M isión se fue ron d e sa rro llan do con un c o n cu r­ so cada vez m ayo r en todos los centros, y, desde el p rin c ip io , se des­ tacó la p re sen c ia num e ro sísim a de m ineros y campesinos. Se puede a segu ra r que n in g u n a o tra pob lación superó a ésta en en tusiasm o y en de cid ida entrega. E n la C a ted ra l e ran m iles los hom bres que a llí a cu d ía n todas las noches p a ra los actos reservados a ellos. E n la U n iv e rsid a d M ayo r «Tomás F ría s » , la s con fe ren cia s dadas po r los P ad re s H u e lin , A rcu sa y el que esto escribe, e ran seguidas con in te ré s crecien te. Y lo m is ­ mo puede a firm a rse de la s p ro n u n c ia d a s en la Corte de Ju s tic ia , Coo­ p e ra tiv a s M ine ra s, diversos S in d ica to s y Colegios de Se cunda ria . Ig u a lm e n te las d ich a s a C a rab in e ro s, E jé rc ito , Agentes de T rán sito , y las dadas por rad io p a ra enferm os e impedidos. Y en la P a rro q u ia de la Concepción, la m ás a lta de toda la c iu d ad — y en este cen tro tuvim os que a c tu a r— los p resag ios de los más op tim ista s de la taban por an tic ip ado como éxito ro tundo , el lle g a r a con segu ir la a siste n ­ c ia de un a s 200 personas. Pero la re a lid a d se encargó de a ñ a d ir un cero m ás y tod a v ía reb a sa r la c ifra . E l estado ru ino so y to talm ente de svencijado en que se h a lla el templo, el lle v a r poco tiem po ab ierto a l culto, y esto g ra c ia s a l celo de unos buenos y celosos sacerdotes belgas que a llí lleg a ron p a ra extender el re ino de C risto , su m ism a situ a c ió n m uy em p in ad a ; n ad a de esto fué obstáculo p a ra que en cada acto se viese lle g a r m ayo r con tingen te de personas de todas las clases so cia le s: m ineros, artesanos, cated ráticos, u n iv e rs ita rio s ..., que con no pequeños s a c rific io s a scend ían po r la s e stre cha s y sinuosa s calles. Y así fué p reciso u t iliz a r u n nuevo y m ás am p lio salón p a ra d a r cab ida a todos. Y h a sta el m ismo poblado de C h a lv iri, compues­ to po r solos trab a jad o re s del Cerro , el núm ero de a sisten cia s e ra en extremo conso lador y no e scasearon escenas emocionantes. T a n hondam en te v iv ió la pob lación las jo rn a d a s m ision a le s que los espectáculos y cen tros de d ive rsión se en co n trab an totalm ente vacío s en las ho ra s de los actos relig iosos y, aún du ran te el día, la con sum ición de bebidas en bares y café s e ra asim ism o m u y escasa. Y se dió el hecho s in g u la r de que, hab iendo robado del P a la c io del Señor Obispo, pocos d ías antes de la M isión , u n a «gruesa sum a de dinero», según d ijo la p ren sa, el P re lado tuvo el consuelo de v e r que los rap to res arrep en tido s devo lvían su p resa, ganados a l b ien po r la S an ta M isión . Y fué asim ismo en Potosí, donde no solo la s rad io s p rivad a s, sino la s o ficia le s, dem andaron , po r p ro p ia in ic ia tiv a , de los M isione ro s

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