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S IX T O MARIA DE PESQUERA, O. F. M . CAP. 279 H a sta ante los m ás ale jado s h a b ía que h a c e r p resente la buena nueva y d a r un efectivo toque de aten ción a los d istraído s. N i uno solo debía con siderarse extraño a l llam am ien to de sa lva ció n de J e ­ sucristo . Sólo re staba ya p e rg eñ a r el p la n de operaciones y pone rlo en e je ­ cución . Y en L a Paz, como en o tras parte s, se in ic ió m arcando , como inm ed iato objetivo , el lle v a r más h a c ia C risto a la niñez. Se comenzó con la M is ió n In f a n t il. Los n iño s son ángeles en la tie rra , que, casi po r in stin to , tienden h a c ia Aquél que más les h a amado, y que d ijo : «■Dejad, que los n iñ o s v eng an a M i..., p o rq u e de e llo s es e l re in o de los c ie lo s ». Y p re c isan p a ra su v iv ir de ensueño y de pureza. Y la ta rea fué f á c il: e ra recoger be lla s rosas s in espinas. Inm ed ia tam en te se avanzó a la conqu ista de la ju v e n tu d . De la ju v e n tu d que e stud ia y de la ju v e n tu d que tra b a ja . Y en fá b ric a s y ta lle re s, en liceos y cen tros de do cen cia — Colegios fisca le s y p r i­ vados, regen tados po r R elig iosos o po r o tras en tidades o sim ples p a rtic u la re s— , y h a s ta en to rno de los m ismos estab lecim ien tos de la tropa, se desplegó en los p rim e ro s d ía s in te n sa activid ad . Y C risto tomó posesión, como co rre spond ía , de todos estos cen tros de g randes ag rupacione s ju ven ile s. L a inm en sa m u ch a ch ad a e stu d ian til, de uno y otro sexo, a cu d ía p re su ro sa a la s co n fe ren c ia s a n u n c iad a s p a ra ellos. Y el resultado fué ta n o p tim ista que, no existiendo lo ca l en que pudiese darse c a ­ b id a a tan to s m iles, tuvo que u tiliz a rs e el espacioso foro o T ea tro al a ire lib re de la ciudad , p a ra poder re u n ir a todos en el acto solem ­ ne de su M isa y Com un ión general. No m eno r fué la e fe rve scen cia su sc itad a en las fáb rica s. E n la im po sib ilid ad de atende r a todas, a ú n la s de pequeño vo lum en de p roducción , se cen tró la aten ción en la s m ás p rin c ip a le s , en las que con taban m ayo r nóm in a de p e rson a l obrero. F u e ro n u n a s 30 en to ­ ta l. Y desde el p rim e r momento, se a d v irtió a los trab a jado re s que la a sisten c ia era vo lu n ta ria , y que los que no fuesen gustosos en a cu d ir, po d ían lib rem en te d e ja r de hace rlo . Y no obstante que las co n fe ren c ia s h a b ía que d a rla s a la sa lid a de los tu rn o s de trab a jo , a cu d ía n en m asa con su mono puesto y cansados, sí, pero satisfechos. E s que sus alm as no e staban tod avía in fe c c io n ad a s po r el corrosivo fa t a l de la s do c trin a s m a rx ista s, que tan to s daños h a causado en el p ro le ta riado del vie jo con tinente . Se m an tienen am ab les con el s a ­ cerdote y respetuosos p a ra las ideas re lig iosa s. Y en el «hall» y en la s g rande s sa la s del tra b a jo de casi todas la s empresas, se ven a l- ta rc ito s u h o rn a c in a s con a lgu n a im agen del Señor o de la V irg en , que ellos m ismos h a n hecho y a llí se ponen con fre cu e n c ia a rezar. S i no h a cen más o no reciben cuando deben los Sacram entos, h a y