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S IX T O MARIA DE PESQUERA, O. F. M . CAP. 2 7 5 triu n fo que despertó h a s ta a los que no q u e rían o ir n ad a de la M i­ sión. Y la conqu ista fué en auge, y se obró el po rten to de ver toda la p laza m ayo r de O ruro rep le ta de caba lle ros, h aciendo p ú b lic a p ro ­ te stación de fe en el seguim ien to de C risto . A sí fué el solem n ísim o Viacrucis penitencial, como nad ie pod ía sospechar. E l resto estabada y a hecho. Com un iones generales de señoras, M isas a m ed ia noche p a ra caba lle ros, en pocas p a rte s se en co n tra ro n tan n u trid a s y en o leadas ta n densas de personal. E n el templo de San F ran c isco , el más conocido y p o p u la r de la urbe, d ía y noche, más de ocho Pad res e stuvie ron ca si de con tinuo dando ab so luciones a los m uchos hom b res que a n h e lab an re c ib ir el perdón de sus cu lpa s y d ispone r así sus alm as p a ra re c ib ir el P a n de los Angeles que es tam b ién el P an de los fuertes. Y el ú ltim o día, el acto de despedida an te el S an tu a rio de la V irg e n del Socavón, pe rm anece rá im bo rrab le en la s gentes de esta ciudad . Sobre Oruro — p a la b ra abo rigen que s ig n ific a «punto donde nace el sol»— , m ed ian te esta em presa apostó lica am aneció u n a stro -re y de m ucho m ayores c la rid ad e s que le sol que caldea sus cam pos; y queremos no su fra ocaso a lguno en c iu d ad a la que anhelam os d ías de g randeza, de p ro spe ridad y de p a z ....... Los M isione ros s a lía n , a l d ía sigu ien te de te rm in a r la M isión , p a ra La Paz. Quien esto escribe, po r d ispone rlo así el P re lado a re q u e ri­ m ien to de u n a buena fam ilia e x tra n je ra , p a rtió a c o n v iv ir con las gentes de la s m inas, quedando p rendado de su buen e sp íritu , de sus a n s ia s de ser m ejo res y sus apetencias in sa c iab le s de o ir h a b la r de D ios... Jam á s o lvid a ré tale s jo rn a d a s m isione ra s y p ido a l cielo des­ c iend an copiosas bend iciones sobre ta n se n c illa s gen tes....... En LA PAZ , capital de la nación. Po r fin , en La Paz. C o n s titu ía la ú ltim a etapa de n u e stra empresa apostó lica como c ap ita l, de hecho, de la n a c ió n bo livian a . T am b ién a esta populosa urbe h a b ía que g a n a rla p a ra C risto. «Soberbia en su a ltu ra , cu a l n ido de águ ila s, que protegen las p u n ta s h e lad a s del Illimanñ — asi la saludó el P apa en el d iscu rso rad iado del ú ltim o d ía— , es ésta u n a de la s ciudades más a lta s y m ás p in to re sca s del mundo. Se h a lla s itu a d a a 3.630 m etros de a ltu ra , r e ­ posando sobre un v a lle que la re sg u a rd a y b rin d a un c lim a sano y templado, en tre los 12 y los 18 grados, po r lo general. Goza a sim is­ mo de un cielo lím p ido y de un azu l p ro fundo en el que destacan, po r la noche, la s e stre lla s y b rilla , du ran te el día, el sol con n itide z in ig u a lab le . V ig ila n los con to rnos de su ho rizon te , c u a l a le rta s cen ­ tin e la s, la s cum b res nevadas y g igan tes de los A nd e s.......

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