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2 7 0 A LA CONQUISTA DE UN ’ ’ MUNDO MEJOR” En la ciudad de los « gringos » : ORURO . S in posible descanso, porque el tiempo u rg ía g randem en te, en la m ism a noche de cie rre de la S an ta M isión y despedida de Potosí, s a ­ lim os en tre n con d ire cción a ORURO , la c iudad que, po r el trazado y u rb an iz a c ión de sus calles y p laza s y po r el im po rtan te nudo de com un icaciones de que dispone, más nos h izo se n tir el parecido con u n a c a p ita l europea. L legamos a su e stación de v ía s fé rre a s h a c ia la s doce y m edia de la m a ñ a n a ; y en los andenes nos e staban espe rando el P re lado de la diócesis, Mons. Jo rge M an rique , auto ridades, rep resen taciones y numeroso público. Oruro se nos presen tó como la urbe b o liv ia n a de m ás m arcado sello cosmopolita. A sí lo reve lan , en p rim e r lug a r, la s co lon ias de ex­ tra n je ro s que a llí h ay , y que hace que, po r el elevado núm e ro de so­ cios que cada u n a cuenta, se moteje a la pob lación con el apodo de la «ciudad de los gringos». C o n firm a esta idea el h echo de co n ta r con la m ás v a ria d a e n c ru c ija d a de lín e a s fé rre a s que p a rte n desde O ruro en la s d ire ccione s de los cu a tro pun to s ca rd in a le s, y con el más extenso ab an ico de ca rre te ra s y el se rv icio más va riad o de lín e a s de aviación , que en la zan con todos los pun tos del p a ís y lle v a n a las fro n te ra s co lind an te s y a los aeropuertos in te rn a c io n a le s. E s a s im is ­ mo ciudad p redom inan tem en te m in e ra : estaño, cobre, h ie rro , p la ta , c in c ..., son algunos de los m uchos m in e ra le s que tiene, como a sen ­ tada en pleno a ltip la n o . A lg un a s de estas m in a s se h a lla n dentro del m ismo rad io de u rb an iz a c ió n de la ciudad , como la de S an Jo sé ; Otras menos p róxim as, como H u a n u n i, M a c h a c am a rc a ; y algo más distan te s, la de Sig lo X X , C a ta v i, L la lla g u a ..., repu tad a s como las mejores m in a s de estaño del mundo. Y , como acontece en todas p a rte s donde h a y riqueza, O ru ro es además com e rcian te e in d u s tria l. C uen ta con numerosos e stab le ci­ m ientos y fáb rica s. Y se percibe, de la calle, el rum o r de u n trá fic o in in te rrum p id o y que de la ta el d inam ism o de u n pueblo laborioso y en progreso. L a s expo rtaciones supe ran en m ucho a la s im p o rta ­ ciones. Pero tiene un a c o n tra p a rtid a : la p rodu cción ag ríco la , que es re la ­ tivam en te escasa po r fa lta de irrig a c ió n y po r la s v io len ta s a lte rn a ­ tiva s atm osféricas. E l suelo sostiene numeroso ganado la n a r. Los in d io s de la s a fu e ra s o pobladores del campo m o ran en r a n ­ chos m íseros, que le v a n tan a in te rva lo s de la rg a s d istan cia s. Se h a ­ lla n en la más completa ig n o ra n c ia y se les a tribuye in stin to s de s a l­ v a je crue ldad p a ra con los blancos. Pero qu izá esto ú ltim o no sea más que «negra leyenda». Y a la h is to ria de todos los tiempos com ­ p rueba que el hombre m etalizado es el de m ás du ro corazón y el que

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