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174 CRISTO, P R IN C IPIO Y F IN DEL COSMOS adelan te el «primogénito de los muertos» de signa a aquel que re c i­ be el p rim e ro el p riv ile g io de la R e su rre c c ió n y lo com un ica. Con re la c ió n a la s c re a tu ra s m a rca u n a re la c ió n de a n te rio rid ad , de s u ­ p e rio rid ad y de e ficien cia . E n el A. Testam en to el p rim ogén ito go­ zaba de cierto s derechos y p riv ile g io s que le c o n fe ría n u n a su p rem a ­ c ía sobre el resto de los herm ano s (G n . 48, 18; 1 Sm. 8, 2; 17, 13). «Imposible, pues, escribe B o n sirven , no h a c e r del p rim ogén ito el p rim e ro de u n a serie, como se dice a los Rom anos (8, 29) «el p rim o ­ génito entre m uchos herm anos» (12). L a s p a la b ra s «pases ktíseos» no deben entenderse en sentido colectivo (de toda la creación ), sino en sen tido d is trib u tivo (de toda c re a tu ra ). E n co n tra de lo que dice Abbott (13) debe a firm a rs e : a) que no se c ita n in g ú n e jem plo en que «pasa ktíseos» se d iga en lu g a r de «pasa e k tís is » = t o d a c re a c ió n ; b) es fa lso a firm a r que « k t ís is » = e l co n jun to de la creación , puede usarse como «kosmos» y o tras p a la b ra s del m ismo género, s in a rtícu lo defin ido . E sto sucede ún icam en te cuando esas p a la b ra s v an p reced ida s de u n nombre de­ fin id o regido po r u n a p repo sición que se con struye de o rd in a rio sin a rtíc u lo d e fin id o : «ap’a rjé s ktíseos» (Me. 13, 19; 2 Ps. 3, 4). Este no es nue stro caso y, además, esa razón no v a ld ría con «pas» que, en su s ig n ific ad o de «totus», re c lam a im pe riosam en te el a rtícu lo , a cau sa de la con fu sión que e ng e n d ra ría la om isión. A sí, pues, es nece sario in c lu ir a l «protótokos» en «pasa k tisis» . «Por lo tan to , escribe González R u iz en su bien pensado lib ro , que n a d a tiene que e n v id ia r a los de allende la fron te ra , «primogénito», como «im a­ gen de D ios», no es u n títu lo ap licab le a C ris to po r su so la d i­ mensión d iv in a , sino que e n tra ñ a todo el com p le jo de la E n c a r n a ­ c ió n ; se t r a ta de su pape l de M ed iado r que in c lu ye am bas n a t u ra ­ lezas» (14). A lgunos exégetas, como K n ab e n b au e r, en esto m ás a c e r­ tado, según creo que C e rfau x , P ra t y Abbott, entienden la p rim oge - n itu ra , no en el sentido que como Verbo fué engendrado an tes de toda cre a tu ra , como sostienen los an te rio rm en te citados, sino en el orden de d ig n id ad : «in p rim ogén ito p ra e va le t no tio d ign ita tis» (15). E xig iendo , como hemos dicho , el contexto u n su jeto indiviso, es de­ c ir, C risto , él m ismo es «primogénito», p reem inen te, preelecto, p re ­ d ilecto sobre toda cre a tu ra . (12) L’Evangile de Paul (París. 1948) p. 87. Y en Théologie du Nouveau Tes­ tament (París, 1951) p. 265. (13) Op. cit., p. 212-213. (14) Op. cit., p. 113. (15) Comment, in S. Pauli Epístolas (Parisis, 1912) t. 4, p. 297 ss.

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