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P . S IX T O M A R IA DE PE SQ U E R A , O. F . M . CA P. 1 3 7 ca lle con juegos, a s í in sis te n a los ind io s a fo rm a r, cuan to antes, de hecho y gustosamente, p a rte en el mundo civilizado . Ese pobre in d io su frid o , p a c ífic o y fru g a l en la a lim en ta c ió n — h a s ta p a sa r d ía s enteros con a lgún puñado de h o ja de coca y de m aiz tostado— , y que reh ú sa v iv ir en las poblaciones u rb a n iz a ­ das y que le vim os m a rc h a r a p ie descalzo y como huyendo del mestizo y del b la n co ; nos dió la im p re sión de no que re r n ad a con cuan to es y rep re sen ta el mundo, que se dice civ ilizad o , porque c u a n ­ tos en él h a y , le tra ta n como a be stia : a palos, a ham b re y engaños y le roban cu an ta s veces pueden. Y el ind io , sólo po r su im po tencia, sopo rta esto; como ag u an ta el c iv iliz ad o la s cadenas de la t ir a n ía o in c lin a su ce rv iz a l látigo del verdugo. Pero n i el uno n i el otro a s p ira n a que re r v iv ir en sem e jan te s condiciones. S i los de a rrib a y los de ab a jo — b lancos y mestizos— pactasen y cum p lie sen no rm as más selectas de c iu d a d a n ía con los inde fen so s ind io s, comenzasen a d e scu b rir en ellos los va lo re s de la personalidad, humana y d e ja ­ sen de m ira rlo sim plem en te como cosas, respetasen sus derechos y deberes, ta n in a lie n ab le s como los de cu a lq u ie r otro ser h um an o ; se h a b ría dado u n g ran paso p a ra re d im irle s de la b a rb a rie y go­ zosamente se a lis t a ría n a todas la s exigen cias y beneficio s de la c iv iliz a c ió n . M E Z C LA D E N A T IVO Y E X T R A Ñ O EN SUS G EN T E S Lo s m estizos, o cholos, con ambos nombres se los designa, son p roducto de la mezcla de sangre en tre n a tu ra le s y e x trañ o s; fo rm an la de scendencia de a lian z a s de colonos, llegados o establecidos en el país, con m u je re s in d ia s aym arae s o quechúes. E l cholo, como pudim os comprobar, en la ca lle y en los cen tros docentes p rivado s o del E stado, posee in te lig e n c ia de b lan co y h a b ilid a d m e cán ica de in d io ; y puede a lc a n z a r el m ismo g rado de in stru c c ió n que el eu ­ ropeo. E s cariño so y m u y sociable, m an tiene y am a la s trad ic io n e s españolas. L a chola se conduce como m u je r ba stan te ca squ ivana , m uy v e rs á til y m uy a fic io n a d a a colores y a los adornos en el ve stir. E n tre bordados y re fa jo s tensos po r el alm idón , tú n ic a s de terciopelo en todos los colores y el sombrero de copa g rande que lle v a cada un a , h a b ría p a ra e qu ipa r en vestido a diez m u je re s de Europa. E llo s y e lla s con stitu yen el núcleo más numeroso de la pob lación y suelen ser alegres, sim páticos, correctos y buenos negocian tes en el pequeño comercio, y m uy a ficio n ado s a fie stas, cu an ta s m ás m e­ jo r. Con todo, su v iv ir no está a la a ltu ra de la época: re c lam a de los poderes púb lico s u n a m ayo r de fen sa y más de cid ida p ro tección

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