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148 LA C O N Q U ISTA DE UN «M UN D O M E J O R » con ve rtía en lo que muy bien h ab ía anun ciado , en C a rta C irc u la r, el Señor Obispo a l pueblo de Cochabam ba, a saber, « luz de Dios que ilumina la inteligencia, fu ego del espíritu que purifica los cora zones, y vida divina que a todos b en eficia ». COMO EN NUEVO PEN TECO STES . ARDO R ES M IS T IC O S SO BRE LA C IU D A D Y EN LAS ALMAS Y Cochabamba, la ciud ad ja r d ín de B o liv ia y la de m ás nobles a sp iracione s, se a b ría como u n a rosa a l in flu jo de la g ra cia . Como cen tro de in te le c tu a lid ad — es la ciud ad b o liv ian a de menos a n a l fabetos— cun a de poetas y a rtista s, y su U n iv e rsid a d M ayo r, San Simón, con otros In s titu to s p ro fe sionales y E scue la s M ilita re s, la h a cen de las m ejo res poblaciones e stu d ia n tile s; acostum b rada a las re flexione s, se replegaba en estos d ía s sobre s í m ism a p a ra m ed ita r y p en e tra r hondam ente en saberes más seguros y p ro fundo s que los que la simple razón p re sen ta o nos in fo rm a n los sentidos. Q ue ría recogerse en ín tim a s re flexione s sobre los m iste rio s sublim es de la cien c ia que salva, que es la ciencia de Dios. Fué in con tab le el núm ero de C on fesiones y de Comun iones que hubo du ran te el tiempo de la S an ta M isión y aún de spué s; 'e l fe rvo r p ro se litista y en trega a D ios s in reservas, c a ra c te rístic a de todos los actos; la v a le n tía y entusiasm o de los in con tab le s caba lle ro s que tom aron parte en el im p resionan te Viacrucis pen itencial — sólo p a ra hombres— a su paso po r las calle s y en la con cen tración fin a l en la p laza de Colón, sita ante la Ig le s ia de Hosp icio , que regen tan los P ad res F ran c iscan o s. Cuan to s con tem p laron aquellas in te rm in ab le s fila s se p regun taban de dónde pod ían h ab e r salido tan to s hombres, ta n cató licos y tan decididos en osten tar púb licam en te su fe. Im p o sible re fle ja r lo que creyen tes y no p ra c tic an te s expe rim en taron , a l cae r del sol en u n a ta rde en que se les h a b ía citado a la ciudad de la ve rdad y el reposo, el C em en terio, p a ra ap rend e r a v a lo ra r la v id a y sabe rla em p lear en algo más excelso que lo pu ram en te te rre n o : u t iliz a rla en fu n c ió n de e te rn idad . Y supe rio r a todo esto, fué aquél f in a l o clausura de la M isión, el 16 de ju n io , a la s siete de la tarde, en la ya c itad a P la z a de Co lón y aven idas adyacentes rep le tas de público. ¿E ra n 50, 60 ó 70.000 personas? Nadie las pudo co n ta r; pero era la ciud ad en m asa dispuesta a o frece r el san to s a c rific io de la M isa V e sp e rtin a en acción de g ra c ia s po r los fa v o res alcanzados del cielo, y á v id a de re c ib ir la bend ición con el S a n tísim o y tam b ién la bend ición P ap a l con in d u lg e n c ia p le n a ria , y an siosa de consagrarse a la V irg en S an tísim a de Copacavana, R e in a
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