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P. CARLOS DE VILLAP ADIERNA, 0 . F. M . CAP. 119 hombres, de sus guerreros, de sus reyes, gracias a las estatuas y estelas, recogidas en los principales museos de Estados Unidos, de Francia, Alemania, Inglaterra, Turquía, Italia y otros países. Los vestigios encontrados manifiestan la calidad y técn ica de sus con s­ trucciones; conocem os sus utensilios domésticos, sus instrumentos músicos, sus armas, sus alhajas y adornos. Decenas de millares de tabletas aportan preciosa docum entación acerca de la estructura y organización social de los Sumerios. Poseemos innumerables tabletas en las que se habla de sus relaciones comerciales, juríd icas y adm i­ nistrativas, y donde se revelan sus a ficiones literarias, su religión, su moral y su filosofía. En Sumeria, un m ilenio antes de que los Hebreos escribiesen la Biblia y los griegos la Ilíada y la Odisea, hay ya una literatura floreciente que comprende m itos y epopeyas, h im ­ nos y lamentaciones, colecciones de proverbios y de fábulas. Hacia el 5000-4500 (datos obtenidos por el análisis de la rad ioa c­ tividad del carbono encontrado en las excavaciones), aparecen los primeros pueblos organizados y los primeros notables progresos de civilización en Oriente, a medida que las aguas del G olfo Pérsico se retiran, perm itiendo la ocupación y el establecim iento en estas tierras. El hombre crea utensilios más perfectos y com p lejos; c o ­ m ienza a cultivar la tierra, a domesticar los animales, a trabajar el m eta l: el cob re ; se organiza en sociedades, construye sus prim e­ ros ed ificios públicos, sus primeros temp los; y su sensibilidad artís­ tica se traduce mediante la cerám ica pintada, «tan bella que no se sabe qué admirar más, si la elegancia del perfil, la imaginación p ro ­ digiosamente rica de los adornos, o la maestría y gusto de los ar­ tistas». Esta cultura, en progreso constante, adquiere su apogeo en la época llamada de Obéid, hacia el final del m ilénio V y el com ienzo del IV. Parece que se extiende desde la actual Turquía hasta el Beluchistán, el Irán y el valle del Indo. Hacia el año 3500 antes de nuestra era, al sur de Mesopotam ia, en las orillas del G olfo Pérsico, aparecen los Sumerios. ¿Quiénes eran? ¿De dónde vin ieron? Parece muy probable que vinieron com o conquistadores, adoptando y asim ilando rápidamente la cultura de sus antecesores, y transformándola según los moldes de su propia mentalidad. Este tiempo de instalación de los Sumerios es llamado por los arqueólogos, la época de Uruk. Durante estos sie­ te u och o siglos, llamados «período protoliterario», com ienza a crear­ se y a florecer, sobre el fond o de culturas anteriores, la primera ci- Feuillet, Introduction à la Bible, tome I, Introduction Generale-Ancien Testament (1957) 218.

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