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1 0 8 ONTOLOGIA SOBRENATURAL EN EM ILIO MERSCH, S. J. Toda la obra del P. Mersch se ve dom inada por el afán de un i­ dad. Ambición legítima y necesaria para lograr también orden cien ­ tífico en las cosas de la Teología. Habrá, pues, que buscar una rea ­ lidad trascendente y única que invada la Teología lo mismo que el ser anega el mundo de la metafísica. Una realidad que vendrá a ser el princip io fundam ental de todo el orden sobrenatural, puesto que en el campo de las nociones abstractas la sobrenaturalidad es en teología com o el ser en metafísica. Este punto real en que todo lo sobrenatural tiene que con flu ir, se encuentra muy fácilmente, cree el P. Mersch. La unidad de la teología, de todo el orden sobrenatural, no puede verificarse sino en Cristo. En El convergen esas dos realidades tan distanciadas que naturalmente nunca podrán encontrarse: la creatura y Dios trin o; en cuya unión admirable y m isteriosa halla toda su razón lo que llamamos sobrenatural. La revelación da testimon io de que esta unión se realiza de hecho sólo en Cristo y por Cristo. De este m odo se llega facilísimamente a la conclusión de que Trin idad y seres crea ­ dos entran en el ámbito de nuestra fe y de nuestra Teología, en el orden sobrenatural, en cuanto se reúnen en Cristo, que es, por tanto, la razón concreta de su unidad. Ese encuentro que se v e ­ rifica por encima de toda ley natural. Hecha aplicación al hombre, la sobrenaturalización consistirá en nuestra unión con Cristo. Unidos a El pasamos a la ca tegoría de h ijos del Padre y «espiradores» del Espíritu Santo. Porque la sub­ sistencia del Verbo, al completar en el orden personal la naturaleza humana de Cristo, perfecciona a todos los hombres que se hallan unidos a Cristo. Claro que de un m odo más mediato y sin hacer las veces de subsistencia. Esa un ión de los hombres a Cristo, que no es todavía la unión de la gracia, radica en un elemento esencial de sociabilidad propio de la naturaleza humana. Y explicando aún más este elemento de sociabilidad, habría que suponer una inclusión re­ cíproca, que Mersch no precisa demasiado, de las conciencias de todos los hombres en cada con cien cia singular. En vistas al ensayo de ontologia sobrenatural, nótense estas c on ­ clusiones : 1) Nuestra elevación sobrenatural no es otra que una pa rtici­ pación en la elevación sobrenatural de Cristo por la un ión h ip os- tática. 2) Lo sobrenatural alcanza en Cristo el punto máximo en la razón de sobrenaturalidad. 3) En Cristo se encuentra, por tanto, el primer princip io on to ­ lògico que explica todas las demás participaciones en el orden de sobrenaturalidad. Y porque Cristo es el primum ontologicum, será

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