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9 4 EL CAPITALISMO Y LA DOCTRINA CATOLICA n um emergens, p e ricu lum so rtis ...), ya porque, dadas la s actuale s c irc u n s ta n c ia s económ icas, fin a n c ie ra s y com erciales, el d ine ro h a llegado a se r y c o n tin ú a siendo u n b ien p roductivo . M ás aún , g ran p a r ­ te del progreso económ ico, que en el mundo denom inado o c c id en ta l se h a realizado du ran te los ú ltim o s cien to c in cu e n ta años, débese sin duda a l cap ita lism o , en cuan to que éste h a ra c io n a liz ad o el proceso económ ico m ed ian te v a rio s recursos, po r ejemplo, la ju s tip re c ia c ió n c ie n tífic a de los p recios de fá b ric a , la e lim in a c ió n de todo esfuerzo o movim iento in ú t il acon se jada po r la s inve stigacione s p sico té cn icas, la exacta de te rm in a ción del tra b a jo co tid iano del obrero, la selección y o rien ta c ió n p ro fe sion a l, la p rodu cción en serie, la e standa rd iza ción , la elevada con cen tra c ió n de la s empresas, etc. S í; e l c a p ita l es p ro du c tivo : el cap ita lism o se h a demostrado un excelente régim en de p roducción . F in a lm en te , el cua rto elemento, la prevalencia del c a p ita l en la gestión de la em p resa; es decir, o de los c a p ita lista s m ismos (caso m ás b ien ra ro ) o de sus rep re sen tan te s leg ítim os m ed ian te el con ­ sejo de adm in is tra c ió n (caso m ucho más frecuen te ) puede h a lla r ju s tific a c ió n teó rica en el hecho de que el c a p ita l asume p a ra sí todos los riesgos de la empresa. Y po r esos riesgos, que él sólo corre, él sólo se queda con la gestión. 10.— E L C A P IT A L ISM O H IS T O R IC O O V IC IO S G R A V E S D E L C A P IT A L ISM O . A sí es el cap ita lism o teórico, o m e jo r d icho el concepto del c a ­ p ita lism o ; es de cir, lo que el cap ita lism o h u b ie ra podido y debido ser. ¿Pero, h a sido a sí? ¿La s re a liza cio n e s concre tas h a n co rre spon ­ dido a ese concepto? ¿O éste se h a reducido a mero ideal, a p o si­ b ilid a d no re a liza d a ? L a h is to ria da u n a respuesta p eyo ra tiva a estas y sem e jan te s p regun ta s por de sg racia p a ra m illone s de obreros y con g ravísim o s in conven ien te s p a ra toda la sociedad. E l cap ita lism o que h a e x is­ tido du ran te el siglo x r x y lo que v a del x x , se h a mostrado en su actuación co rrom pido po r abusos, g raves y numerosos, en ca si todas la s nacione s in d u s tria liz a d a s (y acaso fu e ra m ás exacto s u p rim ir la p a rtíc u la a te n u an te ); en todas la s na cione s donde h a podido de­ s a rro lla rs e y a c tu a r, ad v irtie nd o además que sus abusos aum en tan en g ravedad a l ritm o en que se a g ran d a su po tencia, como acontece en ciertos sectores del supe rcap ita lism o contemporáneo.

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