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9 2 EL CAPITALISMO Y LA DOCTRINA CATOLICA s irv a n sólo a su vo lu n ta d y a su u tilid a d , de sp reciando la d ig ­ n id ad h um a n a de los obreros, la índo le so cia l de la econom ía y la m ism a ju s t ic ia so c ia l y el b ien común» (13). A sí pues, la enseñanza o fic ia l de la Ig le s ia ca tó lica condena el socia lism o y el comunismo como ta le s ; no rechaza, empero, el ré ­ gim en como tal. 9.— NO T IE N E POR QUE CONDENARLO EN S I M ISMO E n efecto: s i analizam o s los d ive rsos elementos que in te g ra n o con stituyen el cap ita lism o , echarem os de v e r que n in gu n o de ellos es in trín se cam en te reprobab le po r inm o ra l. U n breve exam en nos lo po nd rá de m a n ifie s to : P rim e r elem en to: L a propiedad privada de los medios de p ro ­ ducción , tan to de los cap ita le s n a tu ra le s, como del cap ita l-d in e ro . L a p rop iedad es un derecho n a tu ra l (aunque se cund a rio ) de todo hombre, de toda fam ilia . E s sobradamente conocido : la Ig le s ia lo h a enseñado repe tid as veces; la razón n a t u ra l lo dem ue stra y p a ­ te n tiz a con demostraciones que pueden con sid e rarse como c lá sica s en esta m a te ria (14). Los m a rx ista s de todos los m atice s — so c ia lis ­ tas, com un istas, a n a rq u ista s ...— , n ieg an ta l derecho o lo re strin g en h a sta m in im iz a rlo y d e sv irtu a rlo en bene ficio de la com un idad . Pero sem e jan te negación de la p rop iedad p riv a d a y su traspaso a la co ­ m un id ad p o lític a o so cia l se basa en p re ju ic io s m il veces re futados. E n teo ría ca si todos los E stado s actua le s lo adm iten , h a s ta la m ism a URSS , que firm ó la Declaración de los D erechos del hombre, como los demás m iem bros que in te g ra n la O. N. U., en el p a la c io C h a illo t de P a rís, el 10 de diciem bre de 1948. Pues bien, en el a rtíc u lo 17 de este notable Docum ento se d e c la ra te xtu a lm en te : «1. Toda persona tiene derecho a la p rop iedad , in d iv id u a l y co­ lectivam en te. 2. Nad ie se rá p rivado a rb itra riam e n te de su propiedad» (15). Segundo elem ento: E l salario. No es e sen cia l y nece sariam en te (13) Idem, Ibid., n. 38. (14) Cf. Pelayo de Zamayon, O. P. M. Cap., La Propiedad y el Salario justo, Studium, Madrid, 1954, pp. 17-42. (15) Cf. Los Derechos del Hombre. Estudios y Comentarios en tomo a la Declaración Universal, reunidos por la U. N. E. S. C. O. México-Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1949, p. 12 Venancio Diego Carro, O. P., Derechos y Deberes del Hombre. Discurso de recepción en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Madrid, 1954, j. 133 ss.

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